ESTAS LÍNEAS ALUDEN A LOS 75 años de Carlos Reutemann, pero bien podrían publicarse en cualquier momento.

Carlos Reutemann, el último argentino en ganar un Gran Premio de Fórmula 1  (B{elgica 1981) , ha cumplido 75 años (12-4-42).

El Lole, actual senador nacional, mientras tanto, ha regresado al país hace poco; estuvo desde octubre pasado en EE.UU, donde fue operado de las vías biliares. La primera etapa de la recuperación la hizo en la casa de una de sus hijas, Mariana, quien vive en Nueva York, y cuando los médicos le dieron el OK, se tomó el primer avión para volver a la Argentina.

Carlos es síntesis de Fórmula 1 para los argentinos que lo vimos correr, y para otros tantos que han conocido su notable trayectoria de distintas maneras. Es a su vez, un ejemplo bien claro, nítido, de la forma de  afrontar el objetivo que guardan pilotos jóvenes de nuestro país, para ir a correr en el exterior. Su postura, la convicción, el convencimiento y las ganas, lo guiaron y lo sostuvieron hasta llegar a la cima. Desde ya, a partir de su estupenda, superlativa calidad conductiva.

 

Reutemann, su inconfundible antiflama rojo y el Williams. Marcó una época y hoy sigue siendo un gran referente.

 

Durante la década (1972-1982) que estuvo en F-1, hizo hablar al país; elogiado y también criticado como no podía ser en el caso de tantos argentinos «catedráticos» en eso de menoscabar a grandes figuras, deportistas o no. Lole corrió durante 10 temporadas en la «Máxima», logró 12 triunfos y alcanzó aquel subcampeonato de 1981. Cuando en el Williams perdió el título a manos del brasileño Nelson Piquet (Brabham) en el último Gran Premio de ese año, en Las Vegas, donde fue construído el circuito sobre la playa de estacionamiento del Caesar Palace, uno de los lujosos hoteles de la «ciudad del pecado» que vaya si vale la pena conocer, pero eso es harina de otro costal!…

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El santafesino se hizo notar en el automovilismo desde su mismo debut, en 1965 en una carrera de Turismo Mejorado con un Fiat 1500 de la concesionaria santafesina Grossi, en un trazado serrano entre La Cumbre y Alturas de Punilla, Córdoba. El debut terminó con un abandono, pero la victoria no tardó nada en llegar, la consiguió en la segunda fecha nomás, en una carrera que tuvo lugar en Villa Carlos Paz y ante los especialistas en la montaña por excelencia como son los pilotos cordobeses, fue el 11 de julio de ese año.

Un año más tarde se subió por primera vez a un monoplaza, y corrió en la Mecánica Argentina Fórmula 2, con un De Tomaso-Fiat: el 9 de marzo de 1969 ganó su primera carrera en autos con ruedas descubiertas, manejó un BWA-Fiat esa vez en el Autódromo Oscar Cabalén de Alta Gracia.

Reutemann no dejó de pasar por el Turismo Carretera, en 1968 y ya con muchos hinchas que lo seguían, corrió con un Falcon «Angostado» hecho por Ford Argentina para esa época para enfrentar a los autos modernos que pedían pista como las Liebres de IKA Renault. En 1969 pasó a Sport Prototipo con un Huayra del equipo oficial Ford que compartió con Carlos Pascualini. Esa belleza de auto que aún sigue siendo motivo de admiración, hecho por el ingeniero Heriberto Pronello y empujado por un motor Ford F-100 y alternó con el TC sobre un Halcón-Ford también diseñado por Pronello.

Las muy buenas actuaciones en autos de fórmula y su avance en el automovilismo nacional, hicieron que ante el proyecto encarado para armar un equipo que corriera en F-2 Europea, lo convocara el Automovil Club Argentino. Así formó parte del equipo del ACA, que se involucró de lleno con medios y billetera en el automovilismo internacional, como nunca más ocurriría, Reutemann saltó al Viejo Mundo; Benedicto Caldarella fue su compañero inicial y Carlos Ruesch en la siguiente temporada.

Por coincidencia, el día de su cumpleaños, el 12 de abril de 1970, debutó en Europa con un Brabham BT 30 en Hockenheim. No pasó inadvertido porque en la primera curva se «atrevió»  a discutirle la posición a Jochen Rindt, por entonces indiscutible rey de la F 2. Ambos quedaron fuera de carrera pero el ambiente comenzó a conocer a Lole.. Al año siguiente obtendría su primer triunfo en Europa, en una carrera sin puntos en Hockenheim, Alemania, donde tres años antes se había matado el escocés Jim Clark, uno de los mejores pilotos de toda la historia, por qué no integrante del podio imaginario con Ayrton Senna y Juan Manuel Fangio, a criterio de quien te escribe estas líneas.

Su debut en Fórmula 1 se produjo en 1970 con un Mc Laren anaranjando alquilado a Jo Bonnier y fue en Buenos Aires, en el Autódromo Municipal, hoy Oscar y Juan Gálvez. En una carrera que no otorgó puntos para el Mundial, subió al podio al terminar tercero. También en Argnetina disputó su primera carrera puntable en F-1 en 1972, manejó un Brabham y arribó séptimo tras hacer la pole. El primer triunfo llegó en Sudáfrica 74 .Más adelante corrió con Ferrari (1976-1978), Lotus (1979) y en el 80 recaló en Williams. Venció en Mónaco 80 en una carrera inolvidable y al año siguiente vivió su temporada más trascendente, continuando en el equipo Williams con el australiano Alan Jones como compañero. En el GP de Brasil,bajo intensa lluvia, se quedó con un triunfo que dio mucho que hablar, el Lole desobedeció la orden de dejarlo pasar a su coequiper Jones, fue en el desaparecido Autódromo de Jacarepaguá (allí se construyó en los últimos años, la Villa Olímpica para las Olimpíadas concretadas en Brasil). ¿Cómo olvidar aquel cartel que le mostraron desde boxes: «JONES/REUT», una orden que Carlos por la intensa lluvia de ese día «no vió».

Esa «desobediencia», se sostiene aún hoy y será motivo de especulaciones sin final, le costaría caro al no contar con el respaldo pleno del equipo Williams al momento de definir el título en Las Vegas. Problemas en la caja de velocidades a poco de largar, lo fueron retrasando y culminó séptimo; la corona se la calzó Piquet.

Sin recuperar la motivación y las ganas, el Lole entendió que lo que ya había dado todo en el automovilismo y en la F-1, y dijo «señores, muchas gracias, no corro más». Apenas corrió en los dos primeros grandes premios en 1982.

El Lole participó en 146 grandes premios de F-1, ganó 12, subió 45 veces al podio y su último triunfo en la categoría fue el 17 de mayo de 1981 en Zolder, Bèlgica.

Ha cumplido 75 pirulos, fue y sigue siendo un deportista de enorme magnitud. De esos casi, irrepetibles.

 

Por Carlos Saavedra

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3 COMENTARIOS

  1. Lole, no teno palabras para agradecerte todo lo que nos diste. Gracias Campeon !!!!
    Un abrazo muy grande de todo corazón.

  2. Un gran piloto, siempre entre los mejores de su época, en una Fórmula Uno donde todos eran buenos y había muchos con posibilidades de vencer en cada G.P.
    El tiempo sigue pasando y seguimos esperando otro Lole argentino. La esperanza continúa, pero el mundo es otro.
    Mis recuerdos para el gran piloto internacional que tuvimos.

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