CANCELACIÓN ESPERADA.
No sorprendió la cancelación del Gran Premio de Japón de Fórmula 1 agendado para el 10 de octubre. Se intuía luego que otras citas mundiales previstas para las semanas previas como las 6 Horas de Fuji (26 de septiembre) y el Gran Premio de Motociclismo (3 de octubre) habían sido cancelados hace varios días por el mismo motivo: las resurgidas complicaciones del COVID 19 en territorio nipón.
«Es triste que por segundo año consecutivo, no haya sido posible celebrar el Gran Premio de Fórmula 1 de Japón en Suzuka. Como Honda, estamos particularmente decepcionados porque este es el último año de nuestro proyecto de Fórmula 1 y sabemos que muchos fanáticos estaban ansiosos por asistir al evento» lamentó Koji Watanabe, director de operaciones y comunicación de Honda Racing.
Stefano Domenicali, director de la Fórmula 1, ha puesto rapidamente manos a la obra para cubrir esta cancelación que se suma a las de China Canadá, Singapur y Australia. Una alternativa es una segunda carrera en Estados Unidos, con anterioridad a la ya prevista para el 24 de octubre en Austin. Sería en el mismo circuito norteamericano bajo la denominación de Gran Premio de Texas. Otras posibilidades están abiertas en Medio Oriente sobre el final de la temporada ya sea con la incorporación de Qatar o con una segunda competencia en Bahrein, pero en el circuito perimetral de Sakhir.
Las preocupaciones de Domenicali por respetar la cantidad de 23 fechas del calendario original no se agotan con la cancelación del Gran Premio de Japón y su posible reemplazante. También hay luces de alertas encendidas sobre las carreras de México y Brasil. Por encima de las confirmaciones de sus respectivos organizadores, los equipos miran con cierto recelo esas competencias por considerar que dichos países mantienen un alto nivel de contagios y muertes por el coronavirus y no ofrecen las condiciones sanitarias que atenúen sus riesgos. Hay que esperar. Ojalá la cancelación de Japón haya sido la última, pero nadie lo asegura.