SIEMPRE EN DOMINGO.
Así parece establecida esta rutina ganadora de Jorge Barrio que en Olavarría cumplió su tercer capítulo consecutivo en la final de a 9na. fecha del Top Race V6. Y fue en domingo, el clásico de día del automovilismo, y en una final, como lo fue dos semanas atrás en el Villicum sanjuanino con el TC 2000 y como repitió siete días más tarde en la primera del TCR South América sobre el flamante Toyota TCR en el Oscar y Juan Gálvez porteño.
Siempre en domingo, siempre en finales y siempre Barrio. No importan las categorías, los tipos de autos, los rivales. A los 19 años, con la fuerza de la juventud pero con una madurez envidiable ya dejó de ser promesas. Es una grata realidad. Su mentalidad ganadora no hace distingos entre autos de tracción delantera como los TC 2000 y los del South America, o tracción trasera como los Top Race, ni tampoco que enfrente tenga a pilotos del nivel de Agustín Canapino, Leonel Pernía, Facundo Ardusso, Ignacio Montenegro, Juan Angel Rosso, Diego Azar, Josito Di Palma, todos figuras en categorías en las que Jorgito todavía no suma un año de experiencia.
Gana y gana Barrio y lo hace sin alharacas, con sencillez, como demostrando que a veces es fácil ganar una carrera aunque los pilotos digan que “nunca es fácil ganar “. Puede ser pero hay veces en que esos triunfos se los ve más sencillos de concretar que otros. Pareció con este de Barrio en el Top Race en Olavarría por la forma con la que desde la largada hasta la bandera de a cuadros controló al campeón Diego Azar, su permanente escolta, pero escucharlo a Barrio, revela otra cosa.
“Fue una carrera durísima. El auto parecía ir sobre hielo. Y era imposible hacerlo traccionar o doblar. También renegué mucho con la caja de velocidades porque no me bajaban los cambios. Por todo esto a medida que transcurrían las vueltas se me fue viniendo Azar. Puse todo, conseguí aguantarlo y lograr el triunfo que tanto se nos negó. Desde la carrera de Viedma (3ra. fecha) podíamos haber ganado pero pasaron cosas. Hubo fallas mecánicas y también errores míos, hubo de todo. Por eso esta victoria es un alivio increíble…”
Confiando en su veracidad, este relato de Barrio no hace otra cosas que agregar valor a su victoria que desde afuera pareció simple pero desde adentro del Lexus distó de serlo como contó Barrio que además de su talento conductivo mostró frente a esos problemas el especial temple que distingue a los grandes campeones. Por eso y pese lo rutinario de verlo ganador, resultó lo sobresaliente de una carrera sin grandes emociones. Pudo haberlas tenido si Diego Azar e Ian Reutemann hubiesen dispuesta de mayor determinación para buscar el liderazgo. Bien respaldado por su compañero Reutemann, el campeón Azar prefirió asegurar el segundo puesto que le dio los puntos necesarios para ampliar a 23 puntos (271 a 248) su ventaja sobre Josito Di Palma, finalmente cuarto. Un Josito que recién se hizo notar tras la carrera con su visita al camión de las autoridades para una denuncia.
«Gastón Rossi (terminó 5°) vino a ‘jetonear’ que en la próxima carrera me iba a partir al medio para arruinarme el campeonato. No sé de qué maniobra me habla, porque en ningún momento intentó hacer un sobrepaso, Hice la denuncia porque no está bien que me venga a patotear y es un hecho muy grave” explicó Josito. Sin dudas, todas las amenazas son graves.
Fotos. Prensa Top Race.