RECUERDO IMBORRABLE
Por tantas veces contada, la historia no pierde valor en el recuerdo ante el transcurrir de los años. Es que es como las grandes historias, poseedoras de fuertes raíces, se mantiene inalterable frente a ese huracán que arrasa todo, especialmente en estas época de exageradas urgencias y vivencias efímeras, y que es el paso del tiempo
Y vaya si fue una gran historia, aquella que Oscar Alfredo Galvez, para muchos el máximo ídolo del automovilismo argentino, escribió que hace 75 años, un 6 de febrero de 1949 en los bosques de Palermo. La multitud que desbordó muchos de los 4 685 metros del perimetro del circuito y la lluvia, se combinaron para darle un matiz épico a un hecho histórico, como sin sudas lo fue el primer triunfo de un piloto argentino sobre los europeos en competencias de Autos Especiales, como por entonces se denominaba a la actual Fórmula 1.
Bastó que el Alfa Romeo 308 del “Aguilucho” recibiese triunfador la bandera de a cuadros para que esa lluvia pasase a segundo plano superada por el entusiasmo desbordante de la gente. Y no hubo limites lógicos en los festejos. Por eso hasta más de un hincha se olvidó de la pulcritud de su traje (una vestimenta muy usada en la época en los espectáculos deportivos) para una vez concretada la hazaña, zambullirse en palomita en uno de los tantos lagos formados por la lluvia .
Fue una jornada histórica. El triunfo de Galvez con Juan Manuel Fangio como escoltas, por encima de ases europeos como los italianos Alberto Ascari (poco años más tarde se consagró bicampeón mundial) y el experimentado Luigi Villoresi confirmó el creciente poderío de los argentino que no tardaría en dar sus frutos con las conquistas de Fangio y el subcampeonato de Froilán Gonzalez.
Paradójicamente Oscar Gálvez no volvió a ganar una carrera internacional de Autos Especales. NI siquiera llegó a correr un Gran Premio de Fórmula 1, una vez instalado el Campeonato Mundial en 1950. Prefirió dedicarse al Turismo Carretera, donde potenció su idolatria y cosechó muchas victorias y cinco campeonato . “Si Oscar hubiese corrido en la Fórmula 1, tal vez yo habría tenido un título mundial menos» repitió el Chueco hasta sus últimos días. El destino quiso otra cosa, pero le dejó Oscar Gálvez un privilegio que nadie podrá quitarle jamás: ser el primer argentino en vencer a los europeos. Una hazaña tan grande que resiste el paso de los años.
Alguien que estuvo en esa carrera y que falleció hace un par de años con 86 años me contaba que Oscar se bajó del auto con los dos brazos completamente morados de los golpes que recibió de los laterales del habitáculo.