TODOS RECUERDAN AQUELLA FRASE de Pep Guardiola refiriéndose a su némesis José Mourinho. Puede aplicarse al incandescente MotoGP


Tiene razón Jorge Lorenzo: acaso esta de 2015 haya sido la última oportunidad de Valentino Rossi de conquistar un título mundial. Y también acierta cuando asegura que merecía el éxito, con más poles, victorias, records de vuelta y giros en punta que su compañero italiano.

 

Jorge Lorenzo, un justo campeón mundial. Con él, en el podio, el ex rey don Juan Carlos de Borbón. Fiesta española en Valencia.

 

Pero el show se lo apropió Marc Márquez. El catalán bicampeón de 2013 y 2014 decidió, fuera de concurso en este 2015 por variados motivos, decidió robarse el protagonismo por otra vertiente. Lorenzo debe lamentar eso –como su inopinada aparición en el tribunal arbitral del deporte-, y si no lo hace ahora lo hará tarde o temprano. Este torneo de MotoGP, de lo más apasionante que se recuerda en el deporte motor, quedará inscripto como el que Márquez le ayudó a conquistar. Aunque haya edificado razón suficiente.

El piloto de Honda fue el puto amo. Se convirtió en el árbitro del torneo, en no menor medida gracias a su afán de estrella, que sin duda lo es. Tan indudable como la diferencia de motivación que puso de manifiesto en las dos últimas carreras de la temporada, peleando salvajemente por un puesto que no era de punta en Malasia y crucereando sin ánimo de combate a menos de uno o dos segundos de la punta en Valencia.

 

Márquez y Rossi: ¿cómo terminará todo ésto?
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De acuerdo: no hizo nada fuera de la ley. Así se lo recordará: precisamente por lo que no hizo. Después, de campeones los libros de historia están repletos.

Queda la amargura de los innumerables fanáticos de Rossi, que soñaban con el último título, porque nadie espera realmente que pueda volver a pelear otro: en la pista los chicos ya lo han superado y Márquez lo mostró sin piedad. A no engañarse: el italiano fue puntero durante 17 de las 18 carreras del año aprovechando un pálido arranque de Lorenzo y se mantuvo allí más con regularidad y picardía que con velocidad pura. Su estatura de ídolo no se condice con el paso en falso que dio en Sepang.

Rossi está fuera de sí: ha formulado una misteriosa amenaza para 2016 («me preocupa realmente lo que vaya a suceder porque con un piloto como Márquez no se sabe en qué puede terminar todo”) y deja latente la gravedad de lo que se viene. Fue un campeonato extraordinario que, más allá del resultado final, no debió acabar de esa manera, con Carmelo Ezpeleta reclamando el silencio de los involucrados y con una sensación de sospecha flotando en el ambiente.

Más una certeza definitiva: Lorenzo es el campeón y Rossi el derrotado, pero Márquez es el puto amo del juego.

Por P.V.

Fotos: Yamaha y MotoGP

 

 

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2 COMENTARIOS

  1. Vignone es el PUTO AMO del periodismo deportivo especializado en deporte Motor.
    Eso si en está nota disiento con que el merecedor del campeonato es Lorenzo, no nos olvidemos de la cantidad de veces que se fue al piso Lorenzo, lo que le permitió a Rossi pelear el campeonato.

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