Nicolás Varrone continúa edificando un futuro propio en el mundo del automovilismo, y cada vez más promisorio y consistente. Sin que el gran público amante de las carreras de autos en la Argentina, lo tuviera registrado al momento de hacer las valijas en su casa en  Ingeniero Maschwitz para ir a correr afuera, el tiempo transcurrido y los grandes resultados alcanzados, lo han ido posicionando. Y más aún y lo más importante, en el ambiente del Mundial de Resistencia (WEC), una de las grandes ligas del deporte motor, así como en la Serie IMSA en Estados Unidos.

En el WEC donde salió campeón del mundo en 2023 en la categoría LMGTE Am (reemplazada por la actual LMGT3), y ganó una de las carreras más célebres como bien sabés, las 24 Horas de Le Mans, en el Chevrolet Corvette oficial compartido con Ben Keating y Nicky Catsburg, con quienes también conquistó otra de las grandes pruebas de endurance, las 24 Horas de Daytona.

En 2024 si bien más enfocado siendo contratado para correr en la Serie IMSA, que continúa ampliándose al mundo merced al vínculo con el WEC, Nico no quiso perderse Le Mans. Y su lugar para participar fue en un Oreca 07-Gibson del equipo AF-Corse de LMP2 (división Pro Am), clase que formara parte del WEC hasta 2023, reaparecida en el campeonato actual sólo para las 24 Horas.

Nico, en segundo plano a la izquierda muy feliz por el gran resultado alcanzado, junto a sus compañeros del equipo AF Corse: Francois Perrodo y Ben Barnicoat, a quienes se  suma en la foto uno de los ferraristas ganadores a la derecha, con el inigualable marco a sus espaldas de la recta principal de Le Mans y el gentío que comenzaba a desconcentrarse. Celebran al cabo del excelente cuarto puesto alcanzado tras 297 vueltas completadas, y por haber ganado en la división Pro Am de LMP2 en la que un piloto de las tripulaciones, debía ser amateur. Pudieron ganar en LMP2, pero inconvenientes con una puerta del auto al momento de una detención en boxes cuando punteaban con Varrone al volante, les hicieron perder más tiempo y regresaron sextos a la pista.

 

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Llega el auto de Varrone. El momento que representa concreción
de sueños, objetivos cumplidos y posibilidades para potenciarse
más para los pilotos. Completar el recorrido y muy bien ubicados,
abre puertas. Otros de los significados que vienen aparejados
con ver la cuadriculada en Le Mans.

De los 13 autos que culminaron en LMP2, seis pertenecieron a la división Pro-Am, cuyas tripulaciones de pilotos tuvieron que contar contar con uno amateur, el que además tenía que manejar al menos durante seis horas.

Esta vez con un auto de LMP2, Varrone no sólo volvió a demostrar que se entiende muy bien con las 24 Horas de Le Mans, también que su campo de acción en el automovilismo internacional entusiasma. ¿Acaso en 2025 en el WEC con un Hypercar?

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