NO SON IRROMPIBLES

OTRA VEZ UNO-DOS DE MERCEDES en la Fórmula 1, en este caso en Austria, pero ocho segundos al tercero sin que la carrera se haya neutralizado… parece bastante poco. ¿Qué está pasando?

Del Mercedes de Nico Rosberg (ganador, tercer triunfo en el 2014) al Williams de Valtteri Bottas (3°) hubo apenas 8s1 a la hora de la bandera a cuadros en el Grand Prix de Austria. Muy poco para lo que los coches plateados anduvieron haciendo a comienzos de temporada. Pero como en Montreal, se cocinaron los frenos en altas temperaturas. Lo que viene a sugerir que, pese a la evidencia, los Mercedes no son indestructibles. 

Esos ocho segundos de diferencia, finalmente, se debieron a que las gomas se degradaron marginalmente menos en los Mercedes que en los Williams. Lo sorprendente también fue el hecho de que una Ferrari, la de Fernando Alonso, llegara a menos de 20 segundos (exactamente 18s5) después de 71 vueltas, habiendo perdido en promedio 28 centésimas por giro cuando, en la clasificación, la diferencia entre Rosberg y Alonso fue de, respectivamente, 71, 50 y 34 centésimas durante las sesiones Q1, Q2 y Q3.

Como en Montreal, el calor en Austria (en los tristes remanentes del viejo y querido Osterreichring, un pálido remedo de aquella pista extraordinaria y desafiante, que se ha transformado en un circuito de aceleración y frenado violentos en sus curvas en general de marchas bajas) atentó contra el buen funcionamiento de los sistemas de recuperación de energía MGU-H y MGU-K de los Mercedes; el segundo recupera energía en las frenadas y si los autos tienen problemas en ese rubro, como claramente le sucedió a Hamilton en Canadá, pierden potencia como resultado.

De manera que una mezcla de calor (y Europa acaba de entrar en el verano) y frenadas violentas pueden reducir el nivel de competitividad de los Mercedes. Que no son irrompibles ni poseen respuestas, todavía, frente a este desafío.

Por P.V.

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Fotos: motorsport.com

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