DE CAMPEÓN A CAMPEÓN.
Durante los años de su etapa en Citroen (2009-2011) en el Campeonato Mundial de Rally, Sebastien Ogier vivió a la sombre deportiva de su tocayo y compatriota Sebastien Loeb. Incluso con una rivalidad que en algún momento puso áspera la relación
Alejarse de Citroen a fines del 2011, comenzó a abrir la puerta de los mejores años para este francés nacido el 17 de diciembre de 1983, en Gap. Hubo una etapa de transión en 2012 con Skoda Fabia S2000, le sirvió de plataforma de lanzamiento para su desembarco en Volkswagen. A partir de allí los títulos empezaron a llegar en abundancia. Hubo cuatro consecutivos (2013-14-15-16) con los Polo R WRC, otros dos seguidos sobre un Ford Fiesta del M Sport en 2017-2018, y un nuevo doblete (2020-2021) sobre un Toyota Yaris, rubricado con la victoria en el Rally de Monza en Italia. La “pausa” de 2019 coincidió con su fugaz y conflictivo retorno a Citroen, y dio lugar para que el estonio Ott Tanak (Toyota) cortara la racha de títulos que los Sebastien franceses, habían hilvanado desde que Loeb logró su primer campeonato en 2004.
Con ocho títulos y en el umbral del récord de Loeb, todo lleva a pensar que igualarlo es el próximo objetivo de Ogier. No. La idea de Seb es otra. Si bien sigue en el Rally Mundial y con Toyota, se fijó para 2022 un programa reducido de cinco carreras. Alternará el tercer Yaris con el finlandés Esapekka Lappi. Era un acuerdo que tenía Ogier, mucho antes de la definición del campeonato, y fue el punto para que Toyota lo convenciera de correr la actual temporada completa y así, aplazar su retiro. La actividad limitada en el rally le permitirá incursionar en el WEC, con el objetivo de correr las 24 Horas de Le Mans. También le deja mayor tiempo para dedicarle a su familia.
Viva Francia Bravo Sébastien Ogier y JulienFelicitaciones también a Yohan Rossel por su título en #WRC3
Esto es lo planeado. Tal vez si se le dan algunos buenos resultados en el rally, Ogier se tiente con la posibilidad de buscar la novena corona. Parece difícil pero nunca se sabe. De todas maneras, puede exhibir esa cadena de títulos con un mérito que Loeb no tiene. La hilvanó con tres marcas diferentes (Volkswagen, Ford y Toyota) contra la solitaria (Citroen) sobre la que Loeb edificó sus nueve títulos. No es un mérito menor.