SUPERÓ A MATÍAS ROSSI EN EL 1-2 DE LOS TOYOTA DEL PRADECON RACING EN LA CLASIFICACIÓN DEL TC.
Por sus particulares circunstancias con sus distintos vaivenes, cada fecha que enfrenta el Turismo Carretera encierra un cúmulo de incógnitas. A las habituales, se suman dos especiales en la visita al Autódromo de Posadas para la séptima fecha del campeonato.
Una de esas incógnitas está puesta en el estreno del reasfaltado de los 4183 metros de la pista misionera. Una renovación que era necesaria, lo mismo que la ampliación de las vías de escape, más allá que el comprimido espacio en que se asienta el circuito no otorgue mucho margen de acción. Hubo aprobación general, porque la mayor adherencia permitió bajar los tiempos de años anteriores y extender (la mayoría marcó sus mejores tiempos en la segunda o tercera vuelta) el rendimiento de los neumáticos nuevos. Esto no le quitó observaciones de los pilota a unas ondulaciones que se mantienen en la zona del frenado de la recta opuesta.

“No es un billar pero está mejor que el año pasado”, señaló Agustín Canapino, quien también extendió su opinión a los cambios reglamentario, la otra gran novedad que estrenó el TC en Posadas. Cambios que básicamente alcanzaron a los Chevrolet (15 Kg) y Torino (10 Kg.), con la disminución de los pesos mínimos y unos retoques aerodinámicos.
“Los cambios fueron muy chiquitos, no se notaron y ahí adelante quedaron los Toyota que ya eran rápidos y ahora los del Pradecon Racing trabajaron y encontraron un buen funcionamiento”, comentó el Titán, tercero en clasificación, con un prudente optimismo sobre la carrera. ”Somos fuerte en el ritmo”, anticipó como carta de triunfo.
Esos Toyota que mencionó Canapino fueron los de Otto Fritzler y Matías Rossi. Todo indicaba que era Matías el hombre de la pole, pero Otto sacó un vueltón, y se quedó con la segunda de su campaña de 35 competencias. Una campaña que con 20 años había tenido en 2023 un meteórico ascenso (marcó una pole en Calafate y ganó en Río Hondo) pero que desde el año pasado y parte de este año bajó sus decibeles de buen protagonismo.

“Necesitaba un resultado así porque ya empezaba a dudar de miis condiciones” reconoció un eufórico Fritzler en la descarga de esa presión de dijo tener para confirmar ser merecedor de integrar un equipo de primer nivel. Vaya si lo confirmó al sacarle la pole nada menos que a Matías Rossi. El mismo Rossi con el que comparte el Pradecon Racing, y el mismo Matías que en las recientes pruebas en el Mouras contribuyó con su trabajo capacidad y experiencia a dar este salto en el rendimiento que todos necesitaban.
“Hicimos un buen trabajo y llegamos con los autos muy parejos”, contó Matías, que quedó con el sabor amargo de perder la pole número 40 en el TC. Sin embargo, esto no le quitó el optimismo de cara a la carrera. “Soy candidato a ganar” avisó con la misma sinceridad con la que puntualizó “esto es algo que nos toca de vez en cuando…”.
Tal vez la frase es la misma. que bajo otras circunstancias gobierna en estos días el pensamiento de Mariano Werner. El entrerriano triunfó en la fecha anterior en el Cabalén. Repetir el festejo en Oberá parecía imposible. Clasificó 34° entre 53 pilotos. “Merezco ese lugar, porque fallamos en todo”, fue la dura y extraña autocrítica del entrerriano< Mariano siguiendo el pensamiento de Rossi, quizás supuso que ese “de vez en cuando” ya le pasó…

Mejor fue el panorama presentado para el campeón Julián Santero, el otro gran referente de Ford. Clasificó noveno, y el segundo mejor representante de la marca, dos puestos por detrás de Germán Todino. El mendocino conforme, no ocultó su sorpresa por la amplia diferencia (568/1000) con los más veloces, “No es habitual en el TC”, señaló .
Fritzler, Rossi y Canapino largabann adelante las series y son los grandes candidatos a la victoria si se repetían los últimos antecedentes de ganadores, iniciando la final desde la primera fila. Algo pudo hacer que variara todo; La lluvia pronosticada en todos los partes meteorológicos. Igual, ninguno de los candidatos le teme.