MUCHOS  GANADORES, POCOS CANDIDATOS 

La desclasificación de Juan Pipkin (el motor de su Chevrolet Cruze no dió la compresión reglamentaria) le posibilitó al Turismo Nacional concretar una particular situación. Tener 20 ganadores diferentes en las 20 carreras que hasta ahora lleva disputadas en esta temporadas entre las clases 2 y 3. Inicialmente Pipkin había quebrado la costumbre en la clase mayor al repetir en el Oscar Cabalén la victoria obtenida tres semanas atrás en San Jorge. Su desclasificación elevó como ganador a Jerónimo Teti y lo colocó como nuevo integrante de la variada lista de vencedores.

El banderazo consagra a Agustin López Donzelli (Renault Clío) como el 10º ganador diferente en la clase 2. Está ubicado 23º en el campeonato.

 

Da para diferentes visiones esta abundancia y variedad de triunfadores. Un análisis superficial lo puede recibir con entusiasmo y ponderar la gran competitividad de la categoría que permite tan amplio abanico de vencedores. Incluso incentiva a pedir más.  Acentuando la mirada se podrá comprobar que esa alta competitividad no es totalmente genuina sino que la impulsa ese sistema de lastres que prácticamente condena a un ganador a no repetir y lo obliga a conformarse con llegar y sumar puntos. Un sistema que patentó el TC con el objetivo de nivelar artificialmente posibilidades y ampliar el abanico de vencedores como si esto le asegurase la atracción para el público y un elevado nivel competitivo. Un castigo a los mejores para ayudar a que los de abajo se acerquen, más allá que trabajen con eficiencia o no. Un caldo de cultivo de la mediocridad que invadió a todo el automovilismo desde que las complicaciones económicas y las  presiones de los ratings televisivos lo empujaron a estirar las definiciones de sus campeonatos hasta la última carrera. Frente a la obligación, cada categoría aplicó su libreto. Lograron el objetivo, pero a costa de sacrificar en algunos casos el brillo, el mérito y la trascendencia  de sus campeones.

Teti escoltó a Pipkin y Ventricelli en la parte inicial. Superó a Ventricelli en pista y luego la desclasificación de PIpkin le dio la victoria.

 

Volviendo a la actualidad del Turismo Nacional, paradójicamente esa variedad de ganadores no se refleja en el trámite emotivo de sus campeonatos. A dos fechas de su culminación, Emanuel Moriatis tiene servido su segundo título en la clase 3 con una ventaja de 48 puntos (uno más de la sumatoria ideal de una fecha) a Leonel Pennía, quien encima tras ganar su serie en Córdoba no largó la final por un problema en el autoblocante de su Fiat y así desaprovechó  la gran oportunidad de descontarle ventajas en el flojo fin de semana de Ema. Un dato. Cada uno solo ganó una carrera y casualmente fue en las dos primeras fechas de la temporada cuando sus autos no habían cargado lastre.

-publicidad-

Un poco más abierta está la definición en la clase 2. El líder Alfonso Domenech aventaja por 28 puntos a Pêdro Boero y por 53 a Pablo Ortega, el trío con las  posibilidades  más reales de atrapar la corona. Ni Domenech, ni Ortega figuran en la amplia lista de vencedores. Domenech ni siquiera hizo una pole, algo que Ortega obtuvo dos veces. Ambos llegaron a esos lugares en base a una extrema regularidad. Domenech arrancó el año con dos segundos puestos y un  tercero y luego de dedicó a crucerear y llegar entre el 5º y 12ª lugar. Si no abandona la receta y la categoría sigue produciendo nuevos ganadores tiene buenas chances de imitar a Adrián Percaz, el campeón vigente que se coronó sin ganar una carrera mientras que Nicolás Posco que venció cuatro veces se quedó con las manos vacías.

Las copas que posan sobre el Chevrolet de Pipkin en la revisión técnica, cambiaron de dueño tras su desclasificación en la final de la Clase 3. Pudo ser por exceso de compresión del motor.

 

Lograr el título sin ganar una carrera no es lo mejor para el orgullo de un verdadero campeón. Igual el reglamento habilita la coronación sin tener un triunfo. Pero sólo hasta este año porque ya se anunció que para el 2017 se implementará la obligación de ganar al menos una carrera para ser campeón. Como debe ser. Para que entre otras cosas no nos encontremos con la ridícula situación de, por un lado, escuchar encendidos mensajes de orgullo mostrando varios ganadores, y por el otro,ver que entre ellos no está el campeón…

 

Por Miguel Sebastián

Fotos: AIF

-publicidad-


5 COMENTARIOS

  1. Puede estar de acuerdo o no con el sistema de lastre, es una cuestion de opiniones, ahora decir que pierde brillo o que no atrapa la atencion de la gente es un comentario caprichoso para afirmar su idea, que evidentemente no es la de la gente; que apoya y mucho al TN.

  2. Esta categoría se diferencia a otras por ser la mas genuina, motores de la marca, etc. Pero se maneja como la ACTC no hay transparencia… Lastima.

  3. Tienen que volver al sistema de lastres del año pasado. Por otra parte, para mí está mal que impongan el triunfo obligatorio para ser campeón, no puede ser que si haces las cosas bien durante todo el año y le saques treinta puntos al segundo no seas campeón por no haber ganado, en 2010 hubo tres campeones en el TC (Werner que ganó por puntos el playoff, Canapino que salió segundo pero ganó y Ponce que fue quien más puntos sumó durante todo el año). Con esa lógica, no tienen que dar más puntos, que el campeonato sea por recuento de posiciones obtenidas… el TN tiene que seguir con las reglas de toda la vida y no seguir el tren de las demás categorías, que vienen en franco retroceso…

  4. Ni a palos es la categoría que apoya la gente. Se puede ver en el rating y en la concurrencia. Todo el mundo se llena la boca hablando del TN y después no la ve nadie. Es una categoría promocional que tomó algo de vuelo aprovechando los desastres que se hacen en las otras.Y , lamentablemente , están copiando errores para no ser menos , parece.

Responder a TEMER UEZ Cancelar respuesta

Por favor escribí tu comentario
Por favor ingresá tu nombre