«LA FIA, CHASE CAREY Y ROSS BRAWN, quieren nivelar el rendimiento, cosa contraria al ADN del deporte».
Esa de nivelar, de emparejar el rendimiento de autos, la has escuchado en el ambiente del automovilismo argentino, ¿no?
Andreas Nikolaus Lauda, Niki para los amigos, nacido el 22 de febrero de 1949 en Viena, Austria, no ha sido de esos que se guardan lo que piensa. Campeón del mundo de Fórmula 1 en 1975, 1977 y 1984, subcampeón en 1976 año de su recordado y tremendo accidente que a punto estuvo de costarle la vida, y cuarto en 1974 y 1978. Su primera victoria la conquistó en el Gran Premio de España de 1974, y la última en el de Holanda en 1985. Fue piloto de March, BRM, Ferrari, Brabham y McLaren, totalizó 25 triunfos y subió 54 veces al podio en las 185 carreras en las que participó.
Desde hace unos años Niki, con contrato hasta 2020, es director no ejecutivo del equipo Mercedes, campeón de constructores nuevamente y que llevó a la cuádruple corona a Lewis Hamilton. El austríaco suele descargarse con algunos juicios lapidarios, como los vertidos hace poco a medios europeos como el caso del portal TheBestF1.es, en torno al presente y futuro de la F-1.
Ha dicho en el mencionado sitio que se siente «preocupado y crítico por las directrices que está tomando Liberty Media, para mejorar e incrementar la emoción del Gran Circo, en un momento tenso entre algunos equipos y los mandatarios, que ya empieza a reflejarse de forma negativa en los ingresos de los derechos comerciales de la Fórmula 1».
Lauda también se ha manifestado en tono crítico en «La Gazzetta dello sport” de Italia, al considerar que al conglomerado Liberty Media, nuevo dueño de la «máxima», se le está acabando el tiempo, el voto de confianza que se le dio para entender el funcionamiento de la categoría, y precisamente no está tomando decisiones acertadas, como -sostiene- es la intención de igualar la competitividad entre los equipos y la introducción del Halo, a lo que se opone en forma rotunda.
Ha insistido en su preocupación al mencionar que «fue correcto darles un tiempo para entender qué es la F-1, pero está a punto de caducar. La FIA, Chase Carey y Ross Brawn quieren nivelar el rendimiento, cosa contraria al ADN del deporte, ya que es un error pensar que los grandes premios serán más atractivos con ganadores diferentes. Además del desarrollo de los coches, la valentía del piloto es fundamental y no se les puede proteger como a bebés introduciendo el Halo, por ejemplo”.
A su vez, abarcó en sus cuestionamientos a los reciente problemas financieros que empiezan a aparecer. Menciona el diario italiano que en este trimestre se han obtenido 273 millones de dólares para repartir entre los equipos al final de la temporada, mientras que en el mismo periodo del año pasado, fueron 316 millones. El descenso lo atribuye Niki al crecimiento de los costos de una temporada a otra (¿te suena?), de ahí que sostiene que encontrarán un compromiso conjunto de presupuestos, pero aún así cuestiona los planes de Liberty.
“Estoy seguro que encontraremos un compromiso satisfactorio, pero el problema es otro: el crecimiento de unos 70 millones de euros al año ha hecho disminuir los ingresos. ¿A dónde queremos ir con esto? Creo que debería haber más ideas para generar dinero de las que veo”, sostiene también en el conocido medio de Italia.
Sobre el vital aspecto económico que rodea a la F-1, apunta la publicación, Lauda se sitúa a favor del límite presupuestario mencionado con anterioridad, aunque cree que para instrumentarlo necesita tiempo. Al menos deberían aplicarlo con tres años de margen, pues ve precipitado llevarlo a cabo ya por la falta de premeditación y lo que ello conllevaría, que según él es el despido de sus trabajadores de forma masiva. «El límite de presupuesto es lógico y correcto, pero se necesita un plan de tres años para realizarlo, tenemos empleados y ¿que haríamos con ellos?, ¿los despedimos? Por eso Liberty debe pensar cómo hacerlo antes de anunciarlo”, concluye el austríaco.
Por el equipo de VA
Foto: IBTime India.
