POR QUE LA HISTORIA DEL AUTOMOVILISMO APURA A GABRIEL PONCE DE LEON

Veinte años atrás, en setiembre de 1990, los diez primeros del campeonato de Turismo Carretera eran Roberto Mouras, Osvaldo Morresi, Oscar Castellano, Emilio Satriano, Luis Hernández, Antonio Aventín, Eduardo Marcos, Juan De Benedictis, Eduardo Ramos y Fabián Acuña. Y en los diez primeros lugares del torneo de TC2000 se encolumnaban Juan María Traverso, Gustavo der Ohanessian, Guillermo Maldonado, Osvaldo «Cocho» López, Miguel Angel Guerra, Jorge Omar Del Río, Oscar Fineschi, Luis Rubén Di Palma, Silvio Oltra y Ernesto Bessone.

¿Notan la diferencia? Ni un solo nombre se repite en ambas listas, y no es casual. Veinte años atrás, las especialidades eran absolutamente distintas. El TC desparramaba su calendario sobre una mayoría de circuitos semipermanentes y su folklore aún crepitaba; el TC2000 todavía era más lucha de pilotos que de equipos y su feudo exclusivo, los autódromos. Significaban, literalmente, dos maneras distintas de correr, al punto que de esa lista de pilotos de TC ninguno incursionaba en TC2000 y podía decirse casi lo mismo a la inversa: Traverso recién regresaría al TC en 1994, cuatro años más tarde. Más aún: algunos de los volantes del TC2000 jamás competirían en TC y, mucho menos, en semipermanentes. No necesariamente por falta de oportunidad.

Setiembre de 2010, los diez primeros del campeonato de TC son Gabriel Ponce de León, Emanuel Moriatis, Christian Ledesma, Juan Bautista De Benedictis, Matías Rossi, Agustín Canapino, Jonatan Castellano, Diego Aventín, Mariano Werner, Mariano Altuna. ¿Qué diferencia, no? Seis de estos diez pilotos (Ponce, Moriatis, Ledesma, Rossi, Werner, Altuna) son habitués del TC2000.

¿Y cómo es la lista de los diez primeros del torneo del TC2000? Leonel Pernía, Altuna, José María López, Norberto Fontana, Ledesma, Ponce de León, Néstor Girolami, Martín Basso, Guillermo Ortelli y Rossi. Todos ellos –¡todos!– corren en TC,más allá de alguna retirada circunstancial. Más aún: cuatro de estos 10 pilotos están en la lista anterior: Altuna, Ponce de León, Rossi y Ledesma, quizás los volantes de mejores resultados hasta el momento en el 2010 porque se encuentran en el Top-Ten de ambas especialidades. (Aunque lo de Canapino en TC y Top Race también merece ser destacado…)

Las diferencias entre las dos disciplinas continúan existiendo, pero ya no son tan radicales como sucedía dos décadas atrás. Los pilotos pueden saltar de una a otra, de la tracción trasera a la delantera, con más asiduidad y, también, enfrentando menos dificultades. Acaso sea esa la razón por la cual, de veinte años a esta parte, brillar en ambas pasó a ser el gran objetivo de los pilotos de la Argentina, tanto por inclinaciones deportivas como por otras motivaciones. Ya no hay Grandes Premios que correr para ganar, como en los ’60 o los ’70.

Un ramillete de volantes logró el éxito máximo en ambas categorías. Ninguno alcanzará el nivel de Juan María Traverso (seis y siete títulos, respectivamente, en TC y TC2000) pero varios ya mojaron sus pies en la gloria de una y otra orilla.

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Curiosamente, son cinco los pilotos que pueden lucir sus coronas logradas en ambas disciplinas en el pasado reciente:

Ernesto Bessone (TC2000 en 1996, TC en 2003),

Omar Martínez (TC2000 en 1998, TC en 2004),

Juan Manuel Silva (TC2000 en 1999, TC en 2005),

Norberto Fontana (TC2000 en 2002, TC en 2006) y

Christian Ledesma (TC2000 en 2004, TC en 2007).

No parece urgente explicar la tendencia. «Lo que sucede es que ganar en el TC es muy difícil» afirma Ponce de León, puntero del campeonato, que se quedó con los dos últimos triunfos. Daría la sensación que todos estos pilotos consagrados transitan un camino natural, con exigencias graduales. Por eso salta a la vista el caso -agravado- de Guillermo Ortelli, que ya sumó cinco títulos de TC (en 1998, 2000, 2001, 2002 y 2008) que, todavía, no ha conseguido el logro que tanto ansía en el TC2000.

Por eso apura el reloj en el caso de Ponce de León. Tres veces campeón de TC2000, la búsqueda de consagración en el TC opera como una premura, no porque el piloto de Junín la precise para sacar chapa de eximio, sino porque, sin la doble propiedad, se propaga la sensación de una asignatura pendiente. Especialmente porque, en este caso, con los innegables kilates conductivos de Ponce, la ausencia de un título de TC en su rutilante campaña deportiva, se nota demasiado.

Llegó al equipo ideal, que lo banca pese a que las cuentas no siempre le cierran, tuvo mejor campaña inclusive que Silva en 2008 –esa campaña inicial que motivó el arranque de la Copa de Oro- y, más allá de lo que pase este fin de semana en 9 de Julio- tendrá cinco carreras por delante en las que debe mostrarse a la altura del compromiso. Demasiado fuerte se ha mostrado hasta aquí como para flaquear de ahora en más.

Quizás, en unos años, comiencen a operar urgencias similares tanto en Matías Rossi como en José María López, los dos dueños de las últimas cuatro coronas del TC2000. Rossi fue subcampeón de TC en el 2007, pero el año pasado quedó fuera de la Copa de Oro; López estuvo muy cerca de conseguirlo el año pasado, antes de quedar frito en aceite ajeno. Pero ninguno está tan apurado por los tiempos históricos como el de Junín.

Fotos: AIF

1/9/2010