RAFAELA ENCENDIÓ LUCES DE ESPERANZAS, A NO APAGARLAS.

LOS DESAFÍOS DEL FUTURO.

Enhorabuena ese carrerón que nos entregó el TC 2000 en Rafaela. Lo necesitaba la categoría para levantar su imagen, bastante deteriorada en los últimos tiempos por distintos factores. Lo reclamaba el aficionado para no quitarle definitivamente ese crédito renovado a principios de año con el cambio de autoridades en su conducción.

Superada la satisfacción y emoción que provocó semejante espectáculo, erróneo sería dormirse en los laureles de esos halagos. Por el contrario. lo visto en Rafaela debe servir como base y aliciente para continuar un trabajo que es largo y difícil en busca de reubicar a la categoría en el lugar de trascendencia y prestigio que perdió. Muchas veces, los grandes cambios surgen de esas lucecitas de hechos y situaciones que en medio de la confusión permiten avizorar cual es el camino indicado.

Se comprobó en Rafaela que dos de esas luces que invitan a imaginar una recuperación deportiva de la categoría estuvieron en la elección de circuitos veloces y en la reciente liberación del Push to Pass. Las pruebas estuvieron a la vista con el desarrollo de las carreras y por si fuese poco en la comparación con el TC 2000 Series, que corrió en el circuito chico, más lento, y obviamente sin Push to Pass. Salió una carrera que como hecho sobresaliente tuvo el podio sudamericano que vio en el escalón más alto al argentino Facundo Marques (Fluence del Axion Energy Sport de la      división, nuevo líder del campeonato) y a sus costados al chileno Felipe Barrios Bustos y el uruguayo Rodrigo Aramendia.

Parece ser casi un hecho definido la continuidad del Push to Pass liberado. Hay poca discusión después de lo visto en Rafaela En cambio es menos directo y más tortuoso el tema de encontrar circuitos veloces y que encima se complementen con los acuerdos comerciales con los diferentes organizadores. No es fácil pero tampoco imposible, aunque no parece un buen comienzo el reciente reemplazo del veloz Toay por el intrincado San Nicolás para la próxima fecha.

Es bueno haber encontrado estas dos luces pero no son suficientes para iluminar el camino hacia un TC 2000 más resplandeciente. Hay necesidades tan o más importantes en función del desarrollo futuro de la categoría. La renovación del parque, el regreso de fábricas, el cambio de los motores y la recuperación de figures  son temas que están en la agenda de los hermanos Alejandro y Diego Levy (responsables de la categoría) con un plazo inicial fijado en el 2024. La idea de la renovación de los modelos apunta a autos actuales que la gente ve en las calleas y por este lado surge la alternativa de los SUV, algo que a su vez puede incentivar a las terminales a potenciar su apoyo. En cuanto a los motores ya hay conversaciones con Oreste Berta para la construcción de un impulsor con más ruido y una potencia de 400 HP. Sonido y potencia que están en el debe de la categoría.

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Aumentar la cantidad y calidad de los pilotos es otra materia rendir. Sin dar para el muy bueno o sobresaliente, los 18 autos presentes en Rafaela resultan una buena base para pensar que con algunos esfuerzos y trabajos de algunos equipos (Chevrolet y Citroen) se pueden sumar otrostres o cuatro para llegar a una razonable cifra de 20/21 autos. En cuanto a los nombres, la dificultad que genera la grieta para recuperar figuras del nivel de Rossi, Werner, Chapur, Urcera y algún otro puede salvase no sólo con la continuidad de los grandes referentes (Canapino, Ardusso, Pernía, Santero) y de protagonistas históricos como Llaver, Yannantuoni, Vivian y Milla, sino también con la creación de sus propias figuras. Jorge Barrios (18 años) del Toyota Gazoo Raing es el más ejemplo más concreto al que bien puede sumarse con uno de los Fluence del Axion Energy Sport, Ignacio Montenegro (17), tras su consagratoria actuación y en un futuro cercano el relevante Matías Cravero y Eacundo Marques, líder del TC 2000 Series. Fueron otras de las luces esperanzadoras que se encendieron en Rafaela.

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