NADA QUE VER LA COMODIDAD Y LA TRANQUILIDAD de los salones del imponente Four Seasons con las tensiones y las sofocantes horas pasadas en las arenas que dominaron el reciente Dakar. Sin embargo las añora Lucio Álvarez, ya sin el buzo antiflama y con un elegante sport. Como no iba a hacerlo, quien comenzó a transitarlas a los 10 años, primero por curiosidad, luego por diversión y más tarde en competencia pero siempre con gusto y sin temor.«Vivíamos cerca (nació en San Rafael, Mendoza)  del Nihuill y ahí íbamos seguido con mi padre» recuerda en la distendida charla con VA. Con tanta experiencia acumulada, sobre todo tipo de vehículos, Lucio que el primer día de febrero cumplirá 35 años, se anima a revelar parte del secreto para transitar más rápido y mejor las arenas que muchos de sus colegas ven como traicioneras. «Acelero hasta la mitad del corte del motor, mientras que la mayoría anda al limite y esto lo complica en las subidas» precisa antes de confesar que «cuando uno anda rápido sobre la arena parece que va flotando. Es una sensación increíble.»

Sin embargo esa sensación de placer  cambió en los últimos 30 km del Dakar que lo llevaron a la meta  en Lima  y que se constituyeron en el escollo final para que Lucio concretara con su sexto puesto sobre la Toyota Hilux la mejor actuación en autos  de un piloto argentino en la historia del Dakar. «No pasaban más, encima sentía ruidos que realmente no existían. Uno se prepara todo el año para esta carrera y si es frustrante abandonar en las primeras etapas, imaginate lo terrible que hubiese sido abandonar cerca del final y estando tan bien ubicado» rememora Álvarez antes de contar un episodio que le sumó más presión. «La noche anterior a la etapa final se me acercó Ettiene Lavigne (director de la empresa ASO, la organizadora de la carrera) y me dijo: Lo felicito porque tuvo la mejor actuación de un piloto privado en toda la historia del Dakar. Pavada de presión porque ¿Qué le hubiese dicho de haber abandonado en esa última parte?

«En ningún otro país hubo tanta euforia de la gente como en Argentina. En Perú pasamos por lugares muy pobres, donde no sabían quiénes éramos y qué hacíamos. En Argentina todos conocen al Dakar. Por eso, ser país de tránsito en el 2013 no afectará su trascendencia.»

Cafés por medio, la charla avanza y permite que Alvarez destaque los puntos claves de su gran Dakar: el excelente rendimiento de la Toyota Hilux del Team Over Drive y el preciso funcionamiento de su equipo y de su navegante Bernardo «Ronnie» Graue. «Acerté en la elección de la Hilux porque el modelo demostró haber nacido bien ya que tres de los cuatro autos terminaron entre los once primeros. Además contaba con el respaldo de una gran estructura que me permitía tener la tranquilidad que estaban ahí para solucionar cualquier problema, como el que tuve cuando volqué  en una curva que estaba marcada de complicación 2 pero era de 3 porque parecía simple pero era rápida y  se cerraba de golpe. ¿Qué sentí en ese momento? Nada, sólo deseaba que al auto cayera sobre las cuatro ruedas. Cuando ví que los daños eran reparables, seguí aunque me costó un poco retomar el ritmo veloz. Me lo hizo notar mi navegante cuando al dia siguiente me dijo: Vamos acelerá más porque estás yendo despacio…»

«La importancia del navegante es mayor a la del piloto. Un 60% contra 40%. Por eso es clave tener una buena relación por encima de  las discrepancias que son habituales en tantos días de carrera»

¿Teléfono para Orly Terranova el único de sus compañeros de Toyota que no llegó por un entredicho con su navegante?

 

Más que conforme con su sexto puesto, Álvarez admite que va por más para la edición 2013 para la que ya empezó a trabajar. «Preparar un Dakar lleva todo el año. Personalmente me ocupa un 30% de mis jornadas. Entre gestiones para conseguir el auto, las publicidades y el entrenamiento que no hay que descuidar porque es una carrera tremendamente exigente tanto en lo físico como en lo psiquico. Y eso que no soy motociclista, que son los que más sufren esas exigencias. Por eso son los que se accidentan más» dice. El camino deportivo de esa preparación incluirá la participación en el Campeonato Argentino de Cross Countryun torneo que comenzó a crecer desde que llegó el Dakar  pero que necesita más difusión«) y también un par de incursiones en el Mundial. «Será en el Rally de los Faraones, en Egipto, y en el de la Seda, en Rusia» precisa Lucio.

—¿No te animás a hacer todo el Mundial?  lo incita VA.

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—No porque es muy caro, no se cuánto precisamente pero hace falta mucha plata.  Son muy pocos, cuatro o cinco a lo sumo, los pilotos que son contratados y que son totalmente profesionales. Además por mis ocupaciones personales (tiene empresas de medios, constructoras y vitivinícola en Mendoza) no dispondría del tiempo necesario para cumplir con un calendario de diez carreras.

—¿Y si aparece un equipo, y te contrata con todos los gastos pagos? repregunta VA.

—Ahí si que voy, porque si me contratan de un equipo, pongo un gerente en mis empresas, y corro todo el Mundial…

Telón de risas.

 

Por Miguel Sebastián
Fotos: Visionauto 

 

 

 

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4 COMENTARIOS

  1. Muy buena nota Miguel. Tremendo lo rápido que iba en la pista este muchacho. Después de los Hummer y De villiers era el que menos le mezquinaba al acelerador.

  2. Lo importante para todo en la vida es el perfil bajo que siempre tuvo lucio, mira como se nota en done esta, otros parecen que fueran las figuras del dakar, y no son nadie ( se imaginan por quien lo digo)

  3. el señor lucio alvarez a pesar del gran triunfo que tubo en este dakar no ha perdido la humildad y la grandeza vean todas las actividades que ha hecho en san rafael atendiendo a sus fans sobre todo niños que lo admiran y lo ven como un ej buen deportista y persona

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