“¡LO EXTRAÑO MUCHO!”.
Es la enfática respuesta que Tomás Urretavizacaya le entrega a visionauto ante la pregunta sobre sus sensaciones, frente a ese duro golpe recibido el 25 de abril del año pasado con la imprevista muerte de su padre Roberto. El recordado Tito ó Urreta de tantas hazañas y también “locuras” en el automovilismo nacional y en especial, en el Turismo Carretera.
«Extrañó tanto a mi papá que todavía lo tengo presente como si hubiese hablado por teléfono hace un rato… Su muerte me conmovió porque fue de golpe. No estaba enfermo (se cayó de su moto en un camino vecinal y falleció días después), y se produjo en un accidente inesperado. Todo lo que fui en el automovilismo se lo debo a él. Si no hubiese sido por papá, hubiese sido otra cosa, pero no corredor. Le estoy agradecido porque correr era lo que me gustaba», cuenta emocionado.
-¿Cómo recordás a tu papá?
–Además de las sensaciones propias que todo hijo tiene con su padre, lo recuerdo como la mayoría de la gente, a todos les caía bien su forma de ser. Era humilde, papá hablaba con todos, trataba de la misma manera al empleado, mecánico o el último asistente que al director de una empresa. Claro que además tenia una forma de ser frontal, que a algunas personas no le gustaba. Eso a veces nos perjudicó con algunos patrocinios. De todas maneras, por su capacidad y forma de ser, hasta sus últimos días se mantuvo activo y vigente (manejaba el auto de seguridad y era dirigente de la ACTC) en un ambiente difícil y complicado.
-Ya no salen corredores con la personalidad de Tito…
-Es cierto. No se ven pilotos como Satriano, Minervino por citar algunos, con una personalidad que llegaba a la gente. Me acuerdo que yo debuté con 20 años en Olavarría, y me emocioné mucho luego de seguirlo durante varias vueltas al Gurí Martínez, que era un consagrado. Actualmente no pasa eso con los nuevos pilotos. Llegan muy jóvenes y no tienen esos referentes que teníamos antes.
A los 36 años, Tommy Urretavizcaya parece haber dejado atrás una campaña deportiva, que impulsada por su padre mostró desde el 2005, pasos por el TC Mouras, TC Pista, Turismo Carretera, Top Race y brevemente TC2000. Sobresalen como sus logros el título de TC Pista en 2009, y el subcampeonato del TC Mouras, dos años antes.
«Corrí mi última carrera en 2018 en el Turismo Nacional -dice- y en la actualidad sigo en el ambiente de las carreras, con gente con la que estuve relacionado cuando era corredor. Soy director deportivo de Elio Craparo, como se sabe es de Chacabuco, en el Turismo Carretera. También trabajo en Turismo Nacional, con la adquisición de datos del equipo de Nicolás Kern, que tiene como pilotos a Mauricio Geymonat, Cristian Garbiglia y Mauro Schenone.
-Estando tan cerca de las carreras ¿no te dan ganas de volver a correr?
-Por supuesto que me dan ganas de subirme a un auto, y volver a correr pero ahora veo las cosas desde otro lado. Más tranquilo y menos pasional. Por eso no busqué ni insistí mucho para regresar cuando me quedé afuera. Habrá sido porque como mi papá, no me preocupé mucho por el tema publicitario. Ambos teníamos más en cuenta la pasión que el negocio. También valoramos la amistad como la de mi viejo con la gente de Supertap, la ayuda de ellos fue muy importante en su campaña. Además no tengo tiempo para dedicarme a buscar patrocinantes, porque además de los trabajos en el TC y TN, tengo a mi cargo en Chacabuco un complejo deportivo con canchas de fútbol y paddle. Es otro de mis cables a tierra.
-¿Tenés contacto con Hugo Mazzacane?
-Sí. Mantengo un diálogo bueno con Hugo, y siempre nos saludamos en las carreras de TC cuando voy con Craparo.
-¿Te gustaría que un hijo siga la línea de la familia y sea corredor?
-No sé si me gustaría que fuese corredor, porque es un ambiente complicado y difícil, pero tampoco se lo impediría. Prioritariamente lo haría estudiar en alguna facultad, y después lo dejaría hacer lo que sintiera, y desde ya lo ayudaría.
Es Tomás Urretavizcaya, un hijo agradecido.