EL CASO DE NICO no es el primero de un piloto que gana un Grand Prix después de que su padre hubiera ganado uno… Pero, ¿es el tercero o el cuarto en la lista?
Los puristas se refieren a la Fórmula 1 y constriñen siempre la historia como si antes de la creación del Mundial, en 1950, las carreras se hubieran organizado solo para autos a cuerda. Esa simple categorización ensucia la cuenta.
Desde la creación del Mundial, entonces, solo tres hijos repitieron el logro de sus padres. Primero fue Damon Hill (campeón mundial en 1996) quien logró ganar un Grand Prix como lo había hecho su padre Graham Hill (campeón en 1962 y 1968).
Luego vino Jacques Villeneuve (campeón mundial en 1997), que sucedió victorioso a su padre, el legendario Gilles Villeneuve, de cuya muerte van a cumplirse próximamente tres décadas.
En ambos casos, los hijos superaron a los padres, entre otras razones, porque en los ’90 se disputaban más Grand Prix por año que en los ’60 o los ’70, y ambos tomaron parte del fabuloso equipo Williams de aquella década. Damon logró 22 Grands Prix contra 14 de Graham; Jacques, once, frente a los seis de Gilles.
¿Estará Nico en condiciones de repetir la marca? Le tomó 111 Grands Prix transformarse en el 103º piloto en ganar una prueba del Mundial; su padre Keke, campeón mundial en 1982, tiene una cosecha bien modesta, apenas cinco victorias. De manera que no sería raro que pudiera.
¿Y cuál es la polémica en torno a este caso? Es que habría que incluir también a Alberto Ascari, el campeón mundial e 1952 y 1953, ganador de 13 Grands Prix por el Mundial, y también de algunos otros disputados antes de 1950. Esa es la condición de su padre Antonio, que ganó el Grand Prix de Italia, en Monza, en 1924 y el Grand Prix de Bélgica, en Spa-Francorchamps, en 1925. Eran Grands Prix con todas las letras… así que para nosotros son cuatro los que entran en la estadística. Y a otra cosa…
Foto Prensa Pirelli
Por el equipo de VA
Play inatvmfoire for me, Mr. internet writer.