EL TIEMPO PASA

 Como en cada enero, el vacío del nutrido y jerarquizado ruido internacional que supo tener Argentina, y que en nada suplanta el Dakar, mueve en los memoriosos los recuerdos y potencia las nostalgias de esos eneros de los 50 y 70 donde la altas temperaturas de los veranos eran similares a las que registraban los termómetros de las expectativas de los tuercas argentinos por ver los mejores pilotos, los autos más avanzados y las categorías más importantes. Eran citas tradicionales.

Reutemann seguido de Hunt y Nilsson, en el camino a su primera victoria con Ferrari.

 

Por estos días, donde tanto el regreso de la Fórmula 1 (pasó por última vez en 1998) como el retorno de un piloto argentino (Gastón Mazzacane corrió hasta abril del 2001) parecen tan lejanos, por encima de oportunistas declaraciones políticas y sanas intenciones de jóvenes pilotos, bien vale el recuerdo de lo sucedido un 23 de enero de hace 45 años. Un radiante domingo, donde en un Autódromo de Buenos Aires del que sólo se hablaba para acontecimientos deportivos y no para movidas políticas, Argentina concretó el regreso del Gran Premio de Fórmula 1 y  la llegada al plantel estelar de la categoría sobre un Brabham BT 34 (foto de apertura) de quien como Carlos Alberto Reutemann  se convertiría rápidamente en una  de sus  figuras  y específicamente para los argentinos en el último piloto que peleó un campeonato mundial, ganó carreras, subió al podio y sumó puntos.

No fue aquel, el  único 23 de enero inolvidable para Lole. Cinco años más tarde, en esa misma fecha lograría en el Gran Premio de Brasil corrido en Interlagos, la primera de sus cinco victorias con Ferrari  tras derrotar sobre el modelo 312 T2, nada menos que al entonces flamante  campeón mundial James Hunt (McLaren).y a Niki Lauda, su coequiper en el equipo de Maranello.  Otro 23 de enero, pero de 1982 y sábado, Reutemann escoltó en el Gran Premio de Sudáfrica a Alain Prost (Renault) y sumó su 45º y último podio en la Fórmula 1. Un hito histórico por ahora, y no para celebrar, porque desde entonces ningún piloto argentino subió a un podio de la Máxima.Y ya van 35 años…

Carlos Reutemann comparte el podio de Kyalami con el ganador Alain Prost y Rene Arnoux (3º). Desde hace 35 años representa la última imagen de un piloto argentino en un podio de Fórmula 1

 

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Volviendo al Gran Premio de Argentina de 1972, vale el recuerdo de aquel domingo no sólo para mover la nostalgia, sino para que las nuevas generaciones conozcan que hubo un tiempo en que, como en tantas otras cosas más importantes de la vida, Argentina tuvo en el automovilismo internacional lo que desde hace varios años parece tan inalcanzable. También vale para mantener la esperanza que , con un trabajo serio y constante, el futuro pueda devolver esas conquistas tan añoradas.

Obviamente de aquella historia  de hace nueve lustros nada cambió y por eso para completar esta evocación elegimos reeditar la nota publicada (ver el siguiente link) hace cinco años sobre lo sucedido aquel domingo 23 de enero de 1972.  Un domingo inolvidable y cada vez más lejano ante el irresistible paso del tiempo.

https://visionauto.com.ar/2012/01/aquel-debut-aquel-retorno/

Por M.S.

Fotos: alfistas.es

 

 

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3 COMENTARIOS

  1. El día que de verdad el automovilismo argentino quiera tener un piloto protagonista en la F1, sin dudas se va a lograr. Pero saquemos nos las caretas y digamos las cosas como son. No se llega a la F1 simplemente porque no se quiere. El interés es otro. Es seguir pensando que lo máximo que tiene que aspirar un piloto es correr una albóndiga del te-she o variantes similares (tc2000/toprace).

    • si tenes razon pero si no esta en mercedes, ferrrari, red bull esta condenado a poner plata y acompañar a otros por mas capacidad que tenga, poner plata en la f1 no lo veo como un deporte es un negocio para otros

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