PROBABLEMENTE nadie conoció tan bien a Ayrton Senna en la Fórmula 1 como Ron Dennis.


Aunque perdió la vida a bordo de un Williams, el brasileño estuvo siempre identificado con McLaren, el equipo para el que ganó sus tres títulos mundiales además de lograr 35 de las 41 victorias en Grands Prix que obtuvo a lo largo de su campaña. Desde antes de ser contratado por el equipo mantuvo una relación profesional con Dennis, el dueño del equipo McLaren por esos años.

Se conocieron en 1982, cuando Senna estaba en camino a los títulos de la Fórmula Ford 2000 británica y europea. «No puedo recordar si estaba pidiendo una opción, una prueba de conducción o lo que sea», dice Dennis, «pero si él firmó una opción con nosotros, me dijo que me pagaría por su temporada de F3 (en 1983). Él quería ser independiente y se negó a que nosotros pagáramos. Yo respetaba eso, pero es probablemente la razón, cuando por primera vez llevó nuestro coche de F1, por la cual no iba a decirle que estaba muy impresionado, lo que yo pensaba … «.

Eso sucedió en Silverstone, al final del ’83, una vez que Senna había añadido el título de la F3 británica a su historial. «En ese entonces era arrogante», dice Dennis. «Él estaba muy interesado en obtener una ventaja y quería estar bastante seguro de que ninguno de los otros jóvenes que probaban dañara el coche. En Silverstone se podía ver en él a un tipo que siempre quería tener la razón, muy de principios. Era rápido, pero yo sentía que era demasiado joven para conducir para nuestro equipo, y además teníamos dos grandes pilotos como Alain Prost y Niki Lauda. Las cosas iban bien y no necesitamos a nadie más».

Mientras McLaren ganaba tres títulos mundiales en las siguientes cuatro temporadas, Senna pasaba un año con Toleman y tres con Lotus antes de reanudar las negociaciones con Dennis. «Uno de las grandes diferencias entre los grandes pilotos y los buenos», dice Dennis, «es que los mejores entienden la importancia del equipo y poner en práctica acciones que los transformarán en una unidad. No esperan que suceda. Ayrton dejó muy claro que quería unirse a nosotros. Él estaba en su tercer año en Lotus y era evidente que el motor Honda se estaba volviendo más y más atractivo: la empresa japonesa lo tenía encandilado”.

«Él pensó que podía convencer a Honda a subir a bordo», dice Dennis, «y me di cuenta que Ayrton podría ser un aliado útil. Él era políticamente astuto y capaz de captar que, si trabajamos juntos, podíamos optimizar nuestra relación con Honda. Hubo varias reuniones clandestinas y firmamos el acuerdo en un bar en el sótano en un hotel donde nos alojamos durante el GP de Austria. El gran plan -Senna y Prost con McLaren-Honda- se confirmó en Monza”.

Primero, sin embargo, había habido negociaciones en una pequeña oficina en la casa del brasileño en Esher. «Durante nuestras primeras reuniones hubo un punto en el que Ayrton pasó a hablar de las cosas materiales», dice Dennis. «Hablamos sin parar sobre el coche y todo, pero una vez que se acordaron esos detalles, pasamos al dinero, para el que tenía un apetito saludable”.

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«Comenzamos a chocar con los números. No había manera de que no fuera a conducir para nosotros, no había manera de que no fuéramos a contratarlo, pero no podíamos ponernos de acuerdo sobre el dinero. Las cosas se pusieron muy tensas. Me encanta la negociación y estaba muy feliz de jugar el juego largo, pero estaba empezando a convertirse en algo amenazante”.

«Estábamos separados por medio millón de dólares. Para él, todo tenía que ser lo más blanco y negro posible. Sugerí revolear una moneda, pero él no sabía que quería decir. ‘Cara o ceca’ le dije. Tuvimos una conversación de cinco minutos sobre el tema. Tuve que hacer dibujos en una hoja de papel. Cuando vio que podría ser divertido, se iluminó, pero para entonces yo no le importaba: sólo quería encontrar una manera de avanzar. Tiré la moneda en el aire – después de que habíamos tenido un poco de un debate sobre quién debía hacerlo – y él tenía esa alfombra de color marrón oscuro que estaba de moda en aquel tiempo. La moneda no cayó plana y yo le dije, ‘Stop, tiene que estar de un lado’. Eso llevó a otro debate acerca de lo que en ‘un lado’ significaba… «.

Dennis finalmente ganó el sorteo y, ya que era un contrato de tres años, en el revoleo de la moneda se disputaban efectivamente 1,5 millones. «Sé que en los últimos años que la gente ha visto esto como una falta de respeto total para el dinero», dice, «pero era la única manera de romper ese estancamiento». Así comenzó la campaña de Senna en McLaren.

Dennis, Prost y Senna, 1988.

“En Mónaco, Ayrton logró la pole por 1s148. Cuando explicó la vuelta, afirmó que lo había hecho de manera casi inconsciente, de que todo era intuitivo, en su subconsciente. Alain (Prost) comenzó a formarse la opinión de que el enfoque de Ayrton era quizás un poco peligroso, porque pensaba que Dios lo protegería. En realidad, sin embargo, no era más que un piloto fenomenal. Todos los conductores quieren sentirse parte del coche y no es en absoluto sorprendente para mí ver que Sebastian Vettel le pone nombres a sus autos: pone de relieve el hecho de que los conductores tratan de crear una relación con ellos».

En Imola 1989 estalla el escándalo entre ambos pilotos después de que Senna rompe un supuesto acuerdo previo a la carrera. «Los dos eran culpables. Rompieron la palabra entre sí varias veces, pero ésta fue la que llegó a ser de dominio público. Había mucha tensión e ira. Al poco tiempo estaban probando en Pembrey y yo llegué en helicóptero. Quería hacerme el malo de la película, para que fueran hostiles hacia mí y obligarlos a juntarse para hacerme frente. Me pareció que era una buena manera de manejarlos».

«Era una cosa delicada, no era fácil hacerlo bien. Era mucho más fácil con Alain y Niki, porque Niki fue menos tortuoso. Alain y Ayrton fueron iguales en términos de astucia – acudirían a Honda, a la prensa de sus países, un montón de cosas… Fue muy difícil. No creo que cualquier piloto sea más grande que el equipo, no importa lo que hacen «.

En Suzuka 1989, el episodio de la chicana, y el título para Prost. «Al final de la temporada de Ayrton tomó distancia durante un mes o dos, y luego llamó y me dijo que no iba a continuar, porque el mundo del automovilismo había sido injusto con él. Le dije que se calmara y que detener su campaña habría sido conceder la derrota. Finalmente llegué a un punto en el que dijo: ‘Sí, tienes razón’. Había sido una llamada a medianoche».

«La firma de Gerhard Berger para 1990 me dio el arma perfecta para hacerle frente a Ayrton, porque él trajo humor al equipo. La idea de contar una broma y ver a Ayrton riendo simplemente no era posible antes de quie se nos uniera Gerhard. Fue un rompehielos. Pero Gerhard simplemente no tenía límites. Iría hasta un punto que era positivamente peligroso. Una vez, todos estábamos haciendo buceo en Hamilton Island, Australia, y Gerhard apagó mi tanque de oxígeno a bastante buena profundidad, él pensó que era absolutamente hilarante. También me tiraron al agua en un punto y comenzaron a tirar carnada, para ver si podían atraer a los tiburones… «

En Suzuka 1990, los comisarios se niegan a mover la pole position en el lado limpio de la pista. Prost le gana a Senna el pique y el brasileño se lo lleva por delante, quedándose con su segundo título. «Pudimos ver toda la telemetría de la dirección y el acelerador, de modo que no se necesitaba ser Einstein para darse cuenta de lo que había sucedido. Cuando Ayrton volvió le dije: ‘Estoy decepcionado’. Yo no tenía que decir nada más porque él había conseguido el título. Ese fue uno de sus raros momentos de debilidad. No creo que él estuviera particularmente orgulloso de ello, pero era el toque final después de todos los argumentos acerca de la pole- position y el lado equivocado de la pista. Tenía muy pocos momentos así en su vida, sin embargo».

En México 1991, «Ayrton cometió un error poco frecuente, al volcar en una cama de leca. El coche estaba boca abajo y nadie sabía cómo estaba. Fue llevado al centro médico y yo le oía gritar de dolor y pensé: ‘No va a ser capaz de correr’. Esa es la forma de pensar como un jefe de equipo: nunca se pregunta si un piloto puede estar herido… Sid Watkins salió del centro médico con una sonrisa en su cara y le pregunté cómo estaba Ayrton. Sid respondió: ‘Un poco conmocionado, pero por lo demás bien’. Le pregunté por los gritos y Sid dijo, ‘Oh, tenía una gran piedra pegado al oído, la leca se le metió en el casco’. La tolerancia al dolor es una parte interesante de su maquillaje, porque tenía un enorme grado de la misma cuando conducía, pero no tanto fuera del coche … «

En 1993, la combinación Senna-McLaren-Cosworth anota cinco victorias contra los dominantes Williams-Renault. «Había rumores sobre que iba a pagarle un millón de dólares por carrera. Los sponsors estaban nerviosos por nuestra competitividad. Hicimos un gran coche y yo me mantuve pidiéndole que viniera a conducirlo, pero él quería un motor oficial de fábrica y no correr con un Cosworth. Era lo habitual, íbamos hacia atrás y hacia delante, pero con el tiempo llegó a una prueba en Silverstone».

«Después de una vuelta rápida se detuvo. Estábamos a punto de conectar la radio cuando se desabrochó el cinturón de seguridad y saltó. Fuimos al motorhome y me dijo, ‘es increíble, podemos ganar con este motor’ y yo pensé, ‘Genial, no voy a tener que pagarle un millón de dólares a la carrera, puedo sacarlo por 600,000 …’. Ayrton me dijo que no me preocupara si no podía juntar un millón de dólares por carrera – pero le dije que no dejara que nadie pensara que conducía por menos, porque eso es lo que le había dicho a todos los patrocinadores. Actuamos muy bien y todo el mundo pensó que era real”.

Senna y Juan Manuel Fangio en el podio del GP de Brasil de 1993, en Interlagos. A la izquierda, Damon Hill.

Australia 1993 fue el final. “En el último Grand Prix, teníamos una variedad de personas en todo el box en términos muy emocionales. Yo estaba tratando de conseguir que se quedara en el equipo y pidiendo a todos a mantener la calma. Me decía que había firmado un contrato, que estaba comprometido en consecuencia. Le dije que yo pagaba las cláusulas de pérdida de la ruptura de su contrato con Williams, pero pude ver que Ayrton luchaba con su lealtad».

“A lo largo de mi carrera, sentí la pérdida de muchos conductores, pero fue en el muro del box en Imola, cuando decidí cerrar mi corazón. Ayrton era increíblemente competitivo y de repente, boom, ya no estaba allí. Tenía grandes principios, grandes valores humanos».

Dennis se hace un momento para contar su anécdota predilecta: «Ayrton me entregó una vez un sobre con 10.000 dólares, apostando que yo no podía comer un bol de chiles mexicanos. Antes de que pudiera retirar la apuesta, me devoré el lote. Era la cuarta vez que perdía una gran apuesta conmigo y, después de darme el sobre, me dijo que nunca iba a apostar conmigo otra vez. Me quedó con esta anécdota por dos razones: no era fácil de poner una sonrisa en su cara y menos aún cuando tenía que desprenderse de dinero. Eso sí, lo pagué caro durante los dos días siguientes… «

(Ron Dennis habló con Simon Arron)

Fotos: Archivo McLaren

Traducción: VA 

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3 COMENTARIOS

  1. Fui de los muchos argentinos a los que les molestaba, por esa época post Reuteman, que su nacionalidad no sea de Argetina, un poco por el celo eterno al verde-amarelo y otro poco porque no había piloto tan contundente de los nuestros como el. Justo en el año que se subió a mi auto favorito y decido disfrutarlo como piloto, el paredón de tamburelo me saco la posibilidad de verlo mucho tiempo más. Es el día de hoy que recuerdo la sensación de escalofrío, cuando la imagen mostraba la cabeza inerte sobre lo que quedaba FW16. Gracias VA por publicar estas pequeñas historias de un gran tipo.

  2. Siempre que ceo esa imagen de 1993 me pregunto lo mismo, que veia Senna en Fangio que le demostraba tanto cariño. En Brasil, en lommas alto del podio, bajo porque no podia estar encima de el y le dijo, «aca vos sos el nro 1». Me emociona recordarlo. No pasaba por BS AS sin saludarlo.

  3. Sin dudas el mejor d los últimos 30 años a la fecha, y con Fangio los únicos q ponían al volante esa dosis extra d talento.

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