¿IMAGINAS QUE SE LE PUEDA acabar el crédito a alguien con buen respaldo económico y un padre con billetera gorda?.En el mundo del TC todo es posible y en este caso el apuntado es Manuel Urcera, el contundente ganador de la fecha inicial del TC Pista en Neuquén. “Ya no tiene más crédito” advirtieron desde la dirigencia de la ACTC, cuando habló del porqué entre tantas prohibiciones y limitaciones, la pena a Urcera por los insultos y amenazas al comisario deportivo Roberto Saibene en una carrera del TC Mouras en La Plata durante el año pasado, quedó en apenas una multa de 50.000 pesos.
Un “café” para quien es hijo de Claudio, un fuerte empresario de actividades petroleras en la zona de Neuquén, que junto con la gobernación neuquina fue el sostén económico de la reciente carrera de TC que, según cuentan tuvo un costo de 4.000.000 de pesos. Tal vez por la influencia del hombre en la zona, el triunfo de Manuel tuvo en los medios locales el mismo o mayor espacio que el de Guillermo Ortelli en el TC al punto de hasta ocupar la tapa del suplemento deportivo de un diario sureño.
Urcera arrancó con todo la temporada de TC Pista. Era de esperar porque conoce el Autódromo de Neuquén como su casa y además porque tuvo en sus manos ese misil que es el Chevrolet que tiene la atención y motorización exclusiva de Ariel Lucesoli y Johnny Laboritto y encima pertenece al poderoso JP Racing, el mismo que en el TC cobija a Guillermo Ortelli y Gastón Mazzacane y que en Neuquén hizo doblete ¿Habrá otro asado conjunto para festejarlo?
Ahora, Urcera tendrá portarse bien de ser real esa advertencia oficial de, “ya no tiene más crédito” si quiere alcanzar el objetivo del título, para el que dispone de todos los medios mecánicos y económicos. “Ganar fue un buen primer paso pero falta mucho” dijo en la conferencia de prensa posterior a la carrera, ante la mirada de su escolta el uruguayo Mauricio Lambiris, el hijo de Jorge, el empresario que acompañó al jefe de la AFIP, Ricardo Etchegaray en su polémico viaja Río de Janeiro a fin del año pasado.
