LOS PADECIMIENTOS se convirtieron en un arista más del Dakar, desde sus inicios africanos a fines de los años `70.

Padecimientos que han incluído una larga lista de accidentes y desgraciadas muertes, que lamentablemente aumentó en la edición 2015 con el fallecimiento del motociclista polaco y debutante, Michal Hemik. El abrasador calor sufrido durante la 2º etapa en San Juan y las durísimas condiciones climáticas en el Salar de Uyuni en Bolivia, con lluvia, el salar con agua, frío y viento que les tocó enfrentar a las motos y cuatriciclos, aparecieron como los puntos límites y al filo de lo tolerable, ¿o se excedieron?.

 

El de Pinamar suma mucha experiencia en las dos ruedas y sabe lo que dice.

 

Visión ha conversado con Javier Pizzolito, referente argentino en las dos ruedas en el Dakar arribado 22º tras sobrellevar inconvenientes en la Honda del Honda South America. El de Pinamar transmitió sus sensaciones que valdrá la pena analizarlas.

-De lo que habías pensando, planificado al resultado alcanzado, ¿quedaste conforme?.

-Sí, sí, quedé conforme con lo que hice en este Dakar; no fue nada fácil remarla desde atrás desde casi el comienzo. El problema que tuve con las cubiertas traseras rotas me complicó el resto de la carrera; después se hizo muy difícil salir entre los de atrás, con mucho camino por recorrer.

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¿Los preocupaban las cubiertas antes de largar?.

-No, para nada; hicimos pruebas y funcionaron muy bien, pero en carrera no pasó lo mismo, supongo que habrá sido por falla de material. Y bueno, después no nos quedó otra que poner todo en cada etapa; con mucho esfuerzo y humildad y el gran respaldo de la gente de Honda pude seguir.

Con otro Dakar en la región que ha quedado atrás y tus participaciones y experiencia recogida, a esta altura ¿donde crees que poder llegar en motos?.

-La verdad, me siento en condiciones de meterme en el «top five», y con ese objetivo continuaré trabajando y preparándome en lo físico.

-Es más que habitual tratándose del Dakar, hablar de su dureza y exigencias. ¿El de este año, en que lugar lo situás?.

-Yo pienso que no fue el Dakar más duro, desde ya hubo momentos complicados, donde la cosa se puso muy dura como en la etapa 2, o bien cuando durante dos o tres días tuve fiebre y no me sentí bien. Y de la misma manera, cuando nos hicieron correr por el Salar de Uyuni en Bolivia, pese a que llovía, había agua en el salar, hacía mucho frío, el viento. Para mí no debió correrse ese tramo; creo que la gente de la organización no nos cuidó como debió ser, habría que haber suspendido ese especial pero, cuando yo ví al presidente de Bolivia Evo Morales en la largada pensé “esto se corre o se corre”, y esto no debería haber pasado.

 

El argentino vuela con la moto, a fondo

 

-Pero, largaron…

-Y sí, por eso te reitero, para mí no debió correrse; yo soy pro-vida siempre, si bien entiendo lo riesgoso de lo que hago y del Dakar. Es cierto que el Dakar implica muchos riesgos pero no se deben traspasar los límites, y en Uyuni creo que se traspasaron, ahí se tiró de la cuerda más de la cuenta.

Con la postura de Javier, coincidieron otros de motos y cuatris con los que habló VA; y al mismo tiempo escuchamos puntos de vista no coincidentes. El más efusivo en defender lo sucedido en Uyuni, fue justamente un boliviano, Fabricio Fuentes (llegó 95°en motos).

Con un sombrero típico de su país, con muestras en su rostro que reflejaron el esfuerzo hecho, sostuvo, «el Dakar implica peligros y hay que asumirlos y también traspasar los límites; para correrlo hay que ser un atleta, de hecho la organización nos examina antes de autorizarnos a correr, nosotros somos una atletas y debemos prepararnos para semejante desafío y además, si no estás de acuerdo con lo que te podés encontrar, yo no me inscribo y listo”.

¿Así nomás?, ¿acaso el Dakar debe nutrirse de los consabidos riesgos, y además aceptar que los límites sean vulnerados en pos de mantener el carácter épico de la gran aventura y jugar al filo de la navaja, con la cercanía con lo irreversible?.

Por Carlos Saavedra

Fotos: Mónica Paz y gentileza Damián Barischpolski

 

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