DOS ARGENTINOS DESTACADOS, EN DOS TAN DISTINTAS FÓRMULA 1.
La llegada de la Fórmula 1 a Brasil suele despertar especiales sensaciones entre los argentinos. Por ser la carrera que, ante la ausencia del Gran Premio de Argentina desde hace un cuarto de siglo, tenemos más cerca entre las que habitan el calendario del Mundial, y por el recuerdo de esa “sociedades” que hubo durante muchos años entre ambos países como escalas iniciales en las aperturas de los calendarios.
A lo dicho hay que sumar las alegrías deportivas que la competencia brasileña, ha brindado a los argentinos merced a Carlos Alberto Reutemann. Tres veces (la cuarta parte de su docena de éxitos mundialista), Lole alzó el trofeo mayor en tierra de nuestros vecinos.
Dos fueron en el ya desaparecido Autódromo de Jacarepaguá en la zona de Barra da Tijuca en la siempre festiva Río de Janeiro. Carlos ganó en Río en 1978 a comienzo de esa temporada bajo un calor insoportable. Lo hizo con una Ferrari calzada por primera vez con neumáticos Michelín con carcaza radial, todo un avance técnico para entonces.
Después, en 1981 se impuso con el Williams, aquel día bajo la lluvia grabado en la historia por el famoso cartel «JONES-REUT», indicando el equipo desde los boxes, el orden en que debían finalizar ese Gran Premio, el Lole y el leñador australiano Alan Jones, su compañero en la escuadra de Frank, que abrió enorme polémica. La restante victoria del santafesino, se le dio en el remodelado varias Autódromo de Interlagos en 1977 y con Ferrari.
No hemos olvidado el otro triunfo de Lole en 1972, lo alcanzó en una carrera sin puntaje, comunes en aquellos años. A esa victoria, Visionauto lo ha apartado para trazar un paralelo con Franco Colapinto. No es una comparación, dado que es imposible habida cuenta de épocas y circunstancias totalmente disímiles, acerca de lo que ocupaba a Lole hace 52 años, en relación a quien como Franco, transita los tramos iniciales en una F 1 muy diferente a las de principios de los `70.
Hasta el momento, Colapinto corrió cinco carreras en F-1. La misma cantidad que el 30 de marzo de 1972 acumulaba Carlos Alberto Reutemann, al momento de concretar su primera victoria en la Máxima, en un Interlagos más extenso que e. conocido en el presente (7.900 metros contra los actuales 4.309). Atrás en el incipiente camino de Lole en F-1, habían quedado el debut con podio (tercero) en la carrera sin puntos en Buenos Aires en enero de 1971, el noveno puesto nueve meses después en la Carrera de los Campeones en Brands Hatch, también afuera del Mundial, acortada por el accidente fatal del suizo Jo Siffert, y los Grandes Premios mundialistas en 1972, en la Argentina y Sudáfrica.
Ronnie Peterson (March 721) y Wilson Fittipaldi (Brabham BT 33) acompañaron a Reutemann en el podio de la carrera sin puntaje em Interlagos. Un lugar atrás quedó con un BRM P160 el actual asesor deportivo de Red Bull, Helmut Marko en su mejor resultado de su breve campaña en F-1.
Es cierto que esa victoria en Interlagos fue en una carrera sin puntos, con una flaca grilla de 14 autos, en la cual Reutemann en su Brabham BT 34, heredó la punta a cuatro vueltas del final. Se dio el imprevisto por la rotura de la suspensión del dominador Lotus 72D de Emerson Fittipaldi. Tan cierto como que también la hasta entonces, corta campaña Lole, ya exhibía una pole, nada menos que en el día de su debut en el Mundial y ante sus compatriotas en la Argentina. Y ahí si, estuvieron todos los pilotos y equipos de punta de la época con Jackie Stewart y Emerson Fittipaldi a la cabeza. Por encima de algún cuestionamiento de la gente de Ferrari, esa pole mostró a esa figura en ciernes que era Reutemann, quien poco después se convertiría en una de los grandes protagonistas de años brillantes del Campeonato Mundial. El séptimo puesto del debut pareció poco porque no le alcanzó para sumar puntos en una época que solo lo recibían puntos los seis primeros. En la actualidad, se hubiese llevado seis unidades, uno más de los sumados hasta ahora por Colapinto.
Lejos, muy lejos estaban aquellos años de los actuales, en cuanto a la información proporcionada y la asfixiante presencia de las redes sociales. ¿Qué hubiesen dicho en función de sus intereses, o el simple fanatismo de esos mismos medios que son tan rápidos para sobrevalorar actuaciones, repartir elogios y proyectar futuros en otros equipos ante un piloto que, como ocurrió con Lole, debutó en Fórmula 1 con una pole y ganó en su quinta carrera por encima que haya sido sin puntaje. Si, fue una carrera de Fórmula 1 sin puntaje como solía aparecer en los 60 y 70, pero había que ganarla.
Obviamente imposible es saberlo. Tal vez pueda intuirse la cierta incomodidad con la que Reutemann se hubiese sentido ante la dinámica y posteos sen las redes sociales. Nada que ver con el desinhibido estilo que muestra Franco. Una diferencia propia de personalidades y edades (Reutemann desembarcó en F-1 con casi 30 años, mientras que Colapinto lo hizo con apenas 21) diferentes. Algo que no le quita méritos a ninguno. Simplemente marca lo que fue para los argentinos aquella Fórmula 1, y lo mostrado en el presente.
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Reutemann fue un «señor» en todo sentido dentro del automovilismo y especialmente dentro de la F1. Para los que nacimos tarde para verlo en esa epoca (soy del 77) quedo al menos el recuerdo de verlo corriendo rally y sobre todo de escucharlo cuando participaba en las transmisiones de F1 allá por fines de los 80, era imperdible cada comentario suyo porque sabia muy bien de lo que hablaba, dando hasta detalles tecnicos novedosos desconocidos por la mayoria, por ej los paddle shift de Ferrari (y pensar que despues de acostumbrarnos a ese nivel en las transmisiones nos castigaron por muchos años sufriendo a Tornello-McGough-W.Gonzalez…..).
Saludos
Tornello- fazzini todavía peor.
Totalmente, me habia olvidado de esa dupla