EN LA NOTA anterior te contamos, después de transcurridas 12 etapas, ¿podías imaginar que hubiera una diferencia de 1 segundo?

Así fue hasta la etapa culminada en San Juan. En una pelea que era metro a metro, el puntero en la general en camiones, el ruso Eduard Nikolaev en el Kamaz, y el argentino Federico Villagra junto a Adrián Yacopini y Ricardo Torlaschi, en el Iveco del equipo argentino YPF Infinia Diesel.

Al Coyote le pasó de todo antes de arribar al Autódromo El Zonda, donde fue instalado el vivac. Pincharon una cubierta, se rompió el escape por lo que pudieron quemarse elementos de la instalación eléctrica sino paraban a reparar, y a poco de finalizar el tramo, falló el turbo.

 

No tenía margen el Coyote y sus compañeros, para ganar el Dakar debían ir al límite.

 

Así se esfumaron los 32m que llevaban Villagra y sus compañeros al ruso. Por eso lo poco que restaba del Dakar, dos últimas etapas, estaban al tanto que no podían errar en nada, además pelear contra la armada de los Kamaz que jugaban para Nikolaev, y menos aún en suelo cordobés que conocen, debíán salir a jugarse enteros para lograr lo que podía ser un histórico triunfo en el Dakar.

«Fue una etapa con muchas complicaciones, lo importante es que seguimos dando pelea. Pinchamos una cubierta, luego se cortó el escape y eso hizo que se prendiera fuego parte de la instalación eléctrica, y faltando 50 kms el camión por un problema en el turbo, quedó en emergencia y no podía ir a más de 50 km/h. Queremos ganar el Dakar, ya pasó a ser algo personal y nos hemos preparado para esto. Dimos pelea toda la carrera, ganar la carrera es un sueño y sería un broche de oro a mi carrera deportiva. En lo que falta, saldremos a matar o morir”, había firmado el Coyote.

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Por el equipo de VA
Foto: Prensa equipo YPF

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