actualización. ESTE JUEVES, A LAS 13 DE LA ARGENTINA.
La última convocatoria a la conferencia de prensa, con una frase sugestiva y opinable, «se habla mucho y poco se sabe». ¡A saber entonces! Ah!, los mensajeros…
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nota anterior.
«ALTO PORCENTAJE, ¡ALTO!».
Escucha visionauto de un calificado confidente. Responde al tema del momento: Agustín Canapino va a dejar el Turismo Carretera, el automovilismo argentino, para embarcarse en el mayor desafío de su rutilante trayectoria deportiva: Correr a nivel internacional, y precisamente en Indycar en Estados Unidos.
El proyecto, transformado en emprendimiento como así todo parecía indicar, «está muy bien encaminado», ha escuchado el otro oído de visión; abarcaría intensiva preparación física y mental y la participación en varias carreras de Indycar con el Juncos Hollinger Racing en circuitos mixtos solamente, dejando de lado los óvalos.
De tal forma, quedó muy cerca de concretarse un paso de gran trascendencia para Canapino. Acaso no sea necesario mencionarte que Agustín abrochó una muy buena relación con nuestro compatriota Ricardo Juncos, desde sus incursiones en las 24 Horas de Daytona y 12 Horas de Sebring de la Serie IMSA en años recientes, fortalecida cuando Juncos lo convocó para que manejara el auto de Indycar de su equipo el año pasado, en las exhibiciones en Buenos Aires en ocasión de la carrera de los 200 Pilotos de Turismo Nacional y, días más tarde, en Termas de Río Hondo en Santiago del Estero. Provincia que junto a YPF, Río Uruguay Seguros y el fuerte broker inmobiliario Héctor Martínez Sosa, respaldaron esos eventos que dieron que hablar.
Agustín sin embargo, en esos momentos, aclaró a visionauto que si bien la experiencia arriba del Indycar le había encantado, no tenía «intenciones de irme a correr afuera».
Lo suyo, definitivamente afianzado como uno de los tres mejores pilotos de la Argentina, o porqué no el mejor, multicampeón (Turismo Carretera, Super TC 2000, Top Race), en la cima en su país junto a sus seres queridos, novia, amigos y muchísimos hinchas que lo idolotran, parecía nomás tornar irreversible la postura.
Sin embargo, el pensamiento de Agustín dio un gran giro una vez finalizada la temporada 2022. Acaso para que así sucediera, pudieron tener que ver el retiro de Chevrolet como equipo oficial de TC 2000 donde era la estrella y referente indiscutido, la pérdida del campeonato de TC sin atenuantes luego de una primera parte del calendario avasalladora con la Chevy del JP Carrera adonde se trasladó, la falta de opciones para continuar en TC 2000 que llevó al anuncio de su integración a TC Pick Up. ¿Y las declaraciones al programa Carburando del presi de la ACTC, Hugo Mazzacane, más allá de la fluída relación mutua, que tanto revuelo causaron en el ambiente?, y sumá un replanteo profundo sobre su vida personal y deportiva, luego de «descubrirse» así mismo lo que podría dar sobre un monoplaza de la magnitud de un Indycar. ¡Ah!, y en ese caso, chapearon desde el TC2000, avalado por la licencia deportiva otorgada por la CDA del Automóvil Club Argentino, en un mensaje evidente por elevación a la ACTC, sin tomar en cuenta que la Serie Indycar no se encuentra regulada por la FIA…
Mientras tanto, Agustín tenía previsto volver a probar el auto de la ex-Fórmula 3 Sudamericana en el autódromo porteño, propiedad de su amigo Omar El Bacha.
¿Y por casa como quedamos?, el Chevrolet de TC que condujo hasta el Premio Coronación en San Juan (coche nuevo puesto en pista por el JP en la segunda parte del año), lo compraron los Ciantini, papá Bocha y Diego su hijo. Va a ser la herramienta del pibe en TC del año en curso, y la atención correría por cuenta del LRD Performance de Diego De Carlo, por donde ya pasó.
Las cosas de la vida, que le dicen…
Fotos: Prensa Juncos Hollinger Racing y Prensa ACTC
que se de x favor. basta de «doye» , «Chevrole» y » for».
Hay tipos que nacen con toda la suerte. Juncos puede hacer lo que quiera con su equipo pero no me parece justo.
quien te pregunto?
Se ve que nadie te enseñó educación ( o no aprendiste). Si vas a sembrar discordia, mejor llamate a silencio.