UN CASO GENIAL DE LONGEVIDAD DEPORTIVA.
Fernando Alonso logró el podio número 99 de su campaña en Fórmula 1 a los 41 años, ocho meses y siete días, al clasificarse tercero en el Gran Premio de Bahrein, la primera cita del Mundial 2023 de Fórmula 1.
El podio 98 lo había alcanzado en el GP de Qatar de 2021, cuando tenía 40 años. Pero el número 97 lo logró en el GP de Hungría de 2014, con 33 años.
No sería raro que, con la performance que le han extraído en la actual temporada al Aston Martin, el asturiano consiga un nuevo triunfo en su campaña en la F-1, el número 33. Sin embargo, no sería el piloto más longevo en conquistar una victoria.
Alonso, que debutó en la Fórmula 1 a los 19 años, en el GP de Australia de 2001 -22 temporadas atrás- consiguió su último triunfo en el GP de España de 2013, cuando tenía 31 años: en mayo se cumplirá una década de aquella conquista.
Es decir, que si vuelve al escalón superior del podio en 2023, habrá batido un récord: ningún piloto ganó en la Fórmula 1, dos carreras consecutivas con 10 años de diferencia entre una y otra.
Nacido en junio de 1981, Alonso le lleva 16 años al campeón Max Verstappen, a quien quisiera destronar, y 17 a su compañero Lance Stroll. Pero sabe mejor que nadie lo que significa esa diferencia de edad. Ha estado a ambos lados del mostrador.
En 2005, cuando destruyó la racha de Michael Schumacher, cortando una serie de cuatro títulos consecutivos del piloto de Ferrari, Alonso tenía 24 años, un mes y 27 días; el alemán contaba con 36 años. Había 12 años de diferencia entre uno y otro. La juventud aporta bríos y coraje; la edad supone una experiencia invalorable en las carreras.
Schumacher dejó de correr en 2012, cuando ya tenía 43 años, pero sus últimas temporadas no tuvieron lustre. Había perdido algo, su toque distintivo. Algunos aseguran que tras el accidente que sufrió corriendo en moto en 2009, durante su corto retiro, no volvió a ser el mismo. Otros señalan que ese accidente le dejó un trauma insuperable, que le provocaba fuertes mareos en el simulador, en una era en la que ya no podía probar su auto cotidianamente, como ocurría cuando era el líder indiscutido de Ferrari.
Con un estado físico envidiable –pese al accidente en bicicleta que sufrió a comienzos de 2022-, una motivación extraordinaria y un racecraft (talento conductivo) intacto y de altísimo nivel, seguramente Alonso supere esa marca de los 43 años y con mejores resultados.
El español batalló en forma en Bahrein contra el siete veces campeón mundial Lewis Hamilton: fueron compañeros de equipo en 2007, el año del debut del inglés, cuando Alonso era bicampeón vigente.
No duraron más que un año como compañeros: el español le lleva menos de cuatro años al inglés, pero hoy son los dos pilotos más veteranos de la máxima categoría.
Cuidado, que lo que ocurre con el español no es novedoso: en las décadas de los ’50 y los ’60 era muy habitual ver a grandes pilotos veteranos, quedarse con los triunfos y con los títulos: Juan Manuel Fangio, por ejemplo, ganó su mejor carrera de Fórmula 1, el Gran Premio de Alemania de 1957, casi dos meses después de haber cumplido los 47 años… Con esa victoria, de paso, logró su quinto título mundial: sigue siendo el campeón más longevo de la historia.
El primer campeón de la historia del Mundial, Nino Farina, se consagró en 1950 a los 45 años. Y en 1966, el australiano Jack Brabham logró su tercer título mundial con 40 años: como los periodistas le criticaban su veteranía, se presentó a la largada del GP de Holanda del ’66 con una barba blanca postiza y caminando con un bastón, para burlarse de las críticas. Por supuesto, ganó la carrera…
Desde entonces, ningún otro piloto mayor de 40 consiguió el título mundial: Nigel Mansell tenía 39 cuando se coronó en 1992.
Hoy, la marca a batir es la del piloto más joven en ganar el título, un récord que es propiedad de Sebastian Vettel, campeón en 2010 con 23 años, cuatro meses y 11 días. Seguro que Vettel mira ahora con nostalgia el rendimiento del Aston Martin de Alonso…
