EL DAKAR NO HACE DISTINCIONES

Es cruel con todos con sus exigencias con todos los participantes. Y en las trampas de sus caminos, pueden caer un debutante como el alemán Juergen Droessiger  o un inexperto como el portugués  Joaquim Rodrigues, fracturados en la etapa inicial en distintos accidentes. Así como una figura del nivel del español Nani Roma, vencedor en motos y autos de una de las carreras más difíciles del mundo,  en este 2018 protagonista del primer gran golpe entre los autos.

 

Federico Villagra avanzaba con su Iveco, el principal rival de los Kamaz rusos.

Nada puede darse por seguro hasta llegar al final en una carrera y menos en el Dakar, y de esto puede dar fe el  propio Roma. A sólo 500 metros de la llegada del tramo de velocidad que cerró en tierras peruanas  la tercera etapa, el corte de una duna sorprendió a Nani, su Mini se trabó y dio varios tumbos. Pese a todo y tras recuperarse del primer impacto físico y emocional, logró llegar al final. Allí,  la asistencia de los servicios médicos (foto de apertura) permitió comprobar que el español presentaba una traumatismo cráneo encefálico y cervical y por eso, pese a no ser grave su estado, fue derivado a un hospital de Lima para efectuarle una serie de estudios. Su navegante salió ileso.

El chileno Ignacio Casale sumò su tercer triunfo en otras tantas etapas y era cómodo lider en quads.

 

También como todo Dakar, este 2018 contrapuso en la tercera etapa esas lágrimas de dolor de Roma  y de bronca de Alicia Reina, por el incendio de su camioneta, con las lágrimas de alegría de quienes completaron el parcial con un gran resultado. Por ejemplo, Federico Villagra, el Coyote sobre el Iveco que comparte con Adrián Yacopini y Ricardo Torlaschi, comenzó a enderezar el rumbo entre los camiones con su triunfo en la etapa. Y se había colocado en la general, detrás de ruso Eduard Nikolaev (Kamaz). Otro que avanzaba era Kevin Benavides  (Honda), escolta en la etapa y en la general del británico Sam Sunderland (KTM), entre las motos. “La carrera es larga y hay que saber esperar”, declaró Kevin con su calma salteña que, sin embargo  no ocultaba su gran ambición de convertirse en el primer agentino ganador del Dakar sobre una moto.

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Por el equipo de VA

Fotos: Prensa Dakar

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