"LLEGUE A VENDER MI COCHE PARA COMPRAR UN MOTOR PARA EL AUTO DE CARRERA"

SE RETIRO OFICIALMENTE en los 200 Kilómetros de Buenos Aires. Seguirá como director deportivo de la Punto Abarth. Mano a mano imperdible en plena calle de boxes.

-¿Cuántos años corriste, Gustavo?.
-Desde 1977, cuando arranqué en el karting, hasta ahora. Son 37 años, ¿no?.

-¿Y cuántas carreras?.
-Uh, qué se yo. Mil. Si tengo más de 200 carreras en TC2000…

-¿La mejor victoria?.
-La de 1990, en el Autódromo de Buenos Aires, con la Fuego de TC2000 que atendía Tito Vitelli, delante de los monstruos.

-¿Tu piña más espectacular?.
-Dos: una con el Datsun del CAP en el curvón peraltado de 9 de Julio, se rompió una goma y salí volando; la otra, en Rafaela con el TC2000, le pegué al guard-rail de frente, me quebré, tuve que someterme a tres intervenciones quirúrgicas y todavía siento dolores en un tobillo.

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-¿Un sueño que se cumplió?.
-El básico: haber podido correr en un equipo oficial, el mínimo al que puede aspirar un piloto.

-¿Y el que no se cumplió?.
-Haber ido a correr a Europa. Ojo, no a Fórmula 1, todos tenemos ese sueño pero a mí me costó mucho correr así nunca fue del todo real. Pero me habría gustado correr en alguna categoría de Turismo, para lo que me hubiera sentido perfectamente capacitado.

-¿El mejor auto que condujiste?
-La primera de las dos Fuego que tuve, la del ’90. Ese auto siempre estaba adelante, la corrí dos años hasta que me pegué; la cambié y ya no fue lo mismo…

-¿Y el peor?.
-No sé si el peor auto, pero sí en el que peor me sentí, el Fiat Stilo de TC2000 con el que pené mucho, no teníamos dinero, corríamos con motores viejos, salía a la recta y me pasaban como parado…

-¿El mejor rival?
-Me gusta pensar que fue Tito Bessone, porque me tocó mucho en mi carrera: hicimos karting, los Datsun, un tiempito en la Fórmula Renault, el TC2000. Era siempre el piloto contra el que me medía. Hay que reconocer que en esa época había menos semilleros y por eso nos encontrábamos a menudo…

-¿El mejor coequiper?.

-Walter Hernández, por afinidad. Un tipo sencillo aunque peléabamos por lo mismo.

-¿El mejor director deportivo?.
-Willy Kissling, de la época del equipo oficial VW. No lo tuve a Cachi Scarazzini pero me habría gustado, me identifico mucho con la manera con la que él trabaja con sus pilotos.

-¿El mejor momento de tu campaña?.
-Los días del karting, porque la disfruté más, porque sentís menos presión, porque con menos guita podía hacer las mismas cosas.

-¿El peor momento?.
-Cuando no pude seguir corriendo por causas económicas, no deportivas. Me pasé casi un año sin correr, en 1999 y me gasté casi todos mis ahorros intentando volver.

-¿La mejor pista?.
-El Zonda, en San Juan.

–¿La mejor curva?.
-El Tobogán del Autódromo.

-¿Los mejores tipos que conociste en este ambiente?
-Luis Di Palma, sin dudas. Walter Hernández. El Ruso Héctor Fliter. Todos los mecánicos que trabajaron con pasión sobre mis autos, hinchas míos. Y los muchachos de la mejor época de la Asociación de Concesionarios de Renault, unos fenómenos de gente que me querían mucho.

-¿Qué vas a hacer ahora con tu vida?.
-Seguir en el automovilismo, sin correr. Me encantaría ser como Willy o Cachi, dirigir un equipo de SuperTC2000. Mi etapa de piloto está definitivamente cerrada.

-¿A quién le debés más en el automovilismo?.
-A mi familia. ¡Las cosas que hizo mi viejo Coco para que yo pudiera empezar a correr! En una época nos auspiciaba una fábrica de jeans, pero no nos pagaba con dinero, sino con pantalones… Entonces, cuando mi viejo cerraba a la tarde la agencia de autos que tenía por entonces, salía a vender los jeans por los negocios. Mi vieja también se la bancó, porque no debe ser nada fácil tener un hijo varón, único además, que se dedica a ser corredor.

-¿Qué es lo mejor que le sucedió al automovilismo en todos estos años?.
-La evolución técnica. Increíble.

-¿Y lo peor?
-Cómo se perdió la pasión. Antes hacíamos cualquier cosa por correr en auto. Muchos de los chicos de hoy llegan gracias a la billetera de los padres y les cuesta tan poco que no saben lo que es el sacrificio. Entonces no lo valoran. Solo les interesa llegar rápido, andar rápido y usar lentes de sol. Y si lo pierden no se calientan, porque les ha costado tan poco que no saben lo que es el sacrificio. Yo y la mayoría de los pilotos de mi generación llegábamos a la pista manejando el micro, por ahí durante toda la noche, y al llegar bajábamos el auto y salíamos a la pista. Una vez tuve que vender mi auto de calle para comprarle un motor a Berta, y después anduve mucho tiempo en coche prestado o directamente en colectivo. Eso hoy no sucede más.

-¿Ganaste mucho dinero con el automovilismo?.
-No. La única vez que gané razonablemente bien fue cuando corrí para el equipo VW. Hice un colchón de guita que perdí en el ’99, cuando estuve sin correr. Por eso me gusta tanto la definición de Cachi Scarazzini, cuando le pregunto hasta cuándo va a estar dando vueltas en el automovilismo: “Hasta que recupere toda la que invertí cuando corría…”.

-¿Cuántos títulos de Juan María Traverso en TC2000 son tuyos?.
-Eh, no… Bueh, capaz que uno sí.

Por Pablo Vignone

Fotos: Prensa Fiat y Club de fans de GDO/Facebook.

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