26 AÑOS
Son los que pasaron desde aquel domingo 22 de noviembre en el circuito semipermanente de Lobos en que de pronto el ruido se detuvo y el silencio fue más fuerte. Tan fuerte que paradójicamente se escuchó mucho más que los potentes motores del TC que hasta minutos antes deleitaban a la multitud. Un silencio que fue el primer y mejor homenaje para el ídolo caído: Roberto Mouras.
Nadie que estuvo aquella mañana en Lobos podrá olvidar ese silencio ante el desembarco de una tragedia tan dura como inesperada. Todos imaginaba un Roberto Mouras vencedor, como tantas veces, en esa lucha rueda a rueda con el Dodge de José María Romero. Todos conmovidos escucharon el dramático relato del despiste del Chevrolet azul y blanco y su golpe contra el talúd. Todos esperaron la salida de Roberto y su acompañante y Amadeo González, sólo con la bronca del abandono. Nunca llegó. Roberto ya había iniciado un viaje a la eternidad que. González emprendió dos días más tarde.
Pasaron 26 años. El TC ya no corre en rutas, tiene otros autos, otros pilotos, otras figuras, otro contexto.Le faltan ídolos como el que nos dejó hace 26 años en Lobos.
Fotos: visionauto.
Sebastian, siempre un verdadero placer leer sus notas. Brillante. Felicitaciones!!!