EN EL AUTOMOVILISMO, LA POTENCIA ES ORO.

La potencia en los motores, los caballos de fuerza, su hallazgo, uno de los grandes y cruciales objetivos..

Jorge Silva, avezado, estudioso motorista, campeón de Turismo Carretera 2003 como responsable del impulsor del Dodge que llevó al campeonato a Tito Bessone en la última fecha, en el autódromo porteño, un buen día resolvió levantar el pie. Así entonces, se abocó a continuar trabajando, «buscando oro» pero en su taller de la calle Arias al 300 en Villa Lynch, San Martín. Se alejó del vértigo de los autódromos, de esos fines de semana a mil.

Sin embargo, el reconocido apellido Silva años no iba a perder vigencia, por los fierros para distintas categorías elaborados por Jorge, y más recientemente por la incorporación como preparadores al TC, TC Pista, TC Mouras, TC Pista Mouras y TC Pick Up, de sus hijos. Promisorios Marcelo y Mariano (Nano) Silva ya han conocido el significado de ganar con autos empujados por sus fierros, a los que claro los observa papá Jorge. Desde allí salen los motores para Ignacio Fain (TCPM), Alfonso Domenech (TCM), y los de Lautaro de la Iglesia para TC, TCP y TC Pick Up.

 

Silva padre junto a sus hijos, Marcelo y Mariano.

«Yo salí campeón en 2003 con Tito Bessone; trabajaba con Jorge Pérez en el motor. (Rafael) Ballestrini nos hacía la rectificación y las levas, Costanzo se encargaba de los carburadores… Éramos un grupo de gente muy unido y le metíamos para adelante. Sí, antes trabajé junto a Omar Wilke, pero en esa etapa no tuvo que ver», cuenta Silva a visionauto mientras observa como unos motores reciben los toques finales, ante la fecha del fin de semana de TC Mouras, Pista Mouras y las camionetas en Río Cuarto; otra salida al interior como parece, se acentuarán en 2023.

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Los hermanos Silva hicieron motores desde hace mucho, pero a partir de los últimos cinco años se han dedicado exclusivamente a la preparación en el mismo taller en Villa Lynch.

Jorge Silva traza un panorama acerca de como los observa, «los dos están abocados a la fresa, al torno, a armar y desarmar tapas de cilindro. No, ninguno de los dos tienen problemas en encarar lo que sea. Lo que sí, se dividen en que uno va a las carreras de TC y TC Pista y es Marcelo, el más grande, y el otro, Mariano, va al TC Mouras, TC Pista Mouras y TC Pick Up. De esa manera se reparten para, también, poder estar con la familia, que es un puntal muy importante desde ya, adentro y afuera del taller».

Preparador de una época mucho más artesanal del TC, donde había que «limar» los fierros mucho más para que ofrecieran la música buscada, Silva marca un paralelo con la actual. «Respecto a las épocas, la actual es distinta porque están los motores multiválvulas. En el Mouras siguen los impulsores «varilleros», los utilizados en el TC hasta la incorporación de los multiválvulas. Y en el caso del Mouras y con el reglamento de antes, entonces se puede trabajar y desarrollar más, por ejemplo en los múltiples, en las tapas, en los carburadores…». «Las dos épocas son lindas -asegura-, a mí me gustan las dos y en cuanto al multiválvulas, es un desafío especial porque no te dejan tocar nada, por lo cual hay que trabajar mas finito, con más prolijidad, con más detalle en cada una de las cosas porque si no no lográs la potencia para ser competitivo».

 

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