LA SITUACION DE Alejandro Solga en la órbita teceísta, sabés, comenzó a dilucidarse hace unos días. Ya no pertenece al planeta TC.

 

Se oficializaba la desvinculación de Solga de la ACTC

 

Aquel domingo de abril , aciago para el Gurí Martínez en Concordia, cuando descubrieron en la revisión técnica que el motor estaba fuera de reglamento, lo dejó tambaleante en su cargo de Comisario Técnico de la ACTC. Laburo que había asumido cuando fue pasado a cuarteles de invierno años atrás, Carlos Marchese, un histórico de la categoría, hombre que fue la palabra autorizada en la técnica por largos años, quizá el área más sensible, expuesta, controversial y polémica del TC. «Sí, lo ocurrido en Concordia fue el detonante», admitieron a dos que se ufanaron de saber de lo que hablaban.

Solga, ingeniero de profesión, oriundo de Concepción del Uruguay, aplicó una estrategia al comando de la jefatura apuntada, según sostuvo en tantas ocasiones, a mantener vigente el diálogo con motoristas, chasistas, pilotos. Desde ya, invariablemente, tanto bajo la conducción unitaria de Oscar Aventin, como una vez que lo reemplazó Hugo Mazzacane, absolutamente dependiente y funcional a las decisiones superiores, más allá que en más de una ocasión, no las haya visto con la misma óptica.

Su perfil con el transcurrir de las temporadas, fue elevándose; incursionando con sus impresiones en otros aspectos que hacen a la competición y al rol de los corredores que, precisamente, no lo dejaron bien parado y llevaron a la reprimenda de los popes. Como aquella vez que ante quejas de pilotos por supuestas desventajas reglamentarias, les recomendó visitar al psicólogo…

Estudioso, analista, propiciador de soluciones técnicas muy opinables; su espacio fue expandiéndose así como también los cuestionamientos de colegas técnicos y pilotos, desde ya, casi siempre off the record.

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Hasta que llegó el pasado 17 de abril en Concordia, vaya paradoja, el 17 «la desgracia» en la jerga quinielera. El día que «Martínez los tomó de pelotudos a todos, deberían borrarlo del planeta TC», como disparó casi con ira el motorista Johnny Laboritto, quizá agregándo a su crítica un pase de facturas de antaño. El motor del Gurí tenía 3300cc de cilindrada cuando lo permitido es 3210.

El escándalete, se convirtió en uno de los más notables escándalos que supieron rodear al TC en sus casi 80 años de vida. La imagen del Gurí quedó definitivamente deshilachada, pese a su estatura de ídolo para tantos fanas de Ford y del TC, y los coletazos hicieron escorar el «barco» de Solga. El técnico también quedó en el ojo de la tormenta, y sobre el rol como técnico, recayeron dudas y sospechas que permanecían en silencio, quizá -oportunistas, sus cultores- aguardando el momento justo para desenfundar.

El futuro de Solga quedó seriamente condicionado, una muestra indudable quedó patentizada cuando a la siguiente cita del TC en Olavarría, acudió como «coordinador técnico», nexo entre el departamento técnico y la directiva, Luis Miraldi. De Solga, ni palabra y desde ya, ausente en los pagos de los Emiliozzi.

 

Miraldi, cuando conversó con VA

 

Fue el principio del final de su paso como responsable técnico de la categoría; los días transcurrieron, Miraldi continuó en su rol con su perfil conocido desde los tiempos de corredor, sus palabras salieron a cuentagotas. «Estamos en un nuevo camino, reordenando algunas cuestiones y formas de trabajo», dijo a Vision en un aparte cuando el TC visitó Posadas. «Sí, todos los que trabajan en la técnica han entendido la nueva forma de trabajo y se alinearon sin problemas; por supuesto cuando una persona nueva llega a una función, trae su «librito»; yo lo lo hice y creo que me han entendido: lo fundamental es que las revisiones en el TC sean estrictas y sin fijarse de quien se trate», reveló Miraldi en Posadas, sin perder mirada sobre los autos que desfilaban para ser revisados.

Y mientras la situación de Solga se mantuvo indefinida, si bien alejada de la Técnica y sin asistir a las carreras, y lo que no fue acertado, sin conocerse fundamentos de su desplazamiento, las carreras se sucedieron con Miraldi como «coordinador técnico»; labor que comenzó a intuirse, sería formalizada.

Ahora, mientras el TC atraviesa la larga pausa que desembocará en la «carrera del millón» en Rafaela, el 14 de agosto; se conoce desde hace unos días que Alejandro Solga ya no tiene nada que ver con el TC.  «Eso sí, la desvinculación fue en muy buenos términos», se encargó de hacer la salvedad un merodeador de la calle Bogotá. Su salida no impedirá que en caso de planteárselo como alternativa, pudiera sumarse al staff de chasistas que desarrollan labores en el TC. ¿Tendrá algún ofrecimiento?.

Mientras tanto en la ACTC, era inminente que se hiciera oficial la salida de Solga, y a la vez, fuera informardo como continuará funcionando el comisariato técnico, ¿con Miraldi como coordinador técnico al frente…?.

Te acordás del título de aquel exitoso programa que Julián Weich conducía en televisión…?

Por Carlos Saavedra

Fotos:   ACTC y AIF

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2 COMENTARIOS

  1. Si bien hoy día está todo estandarizado no me parece para nada ético que este señor que hasta hace poco hurgaba todos los secretos de los autos de la categoría ahora pase a ocuparse de uno o algunos…
    Bueno, «etica»… palabra que no cabe hoy en día en nuestro automovilismo, y mucho menos en la ACTC

  2. Que circo es el tc de estos ultimos años,seria muy sano que Solga hable de los «negocios teceistas,asi se destapa la olla que tantos pobres «hinchas» se creen que es una categoria «transparente»y «socialmente»justa.
    No es reconocia x la FIA,y con «reglamento chacarero».
    Como la arruinaron. «Asociacion» de que…..

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