SE VAN CALMANDO LAS ANSIEDADES DE MARIANO
Una calurosa tarde de Paraná,, que en nada se compareció con el segundo día del invierno, le calmó a Mariano Werner la primera de las ansiedades que lo dominan por estos días. Fue la de subirse nuevamente en competencia oficial al rojiblanco Ford de TC, una vez cumplida la sanción de seis meses de suspensión por aquel recordado y polémico choque con Matías Rossi en la carrera final del año pasado en el Mouras que definió el título a favor de Guillermo Ortelli.
“Si bien se me pasó rápido todo este tiempo abajo del auto, no veía la hora de volverme a subir . Es cierto que estuve corriendo en Súper TC 2000 y Turismo Nacional, pero no es lo mismo. El TC es algo especial y único, no se puede comparar con nada” le dice Mariano a Visión en un rincón de su box con la amabilidad de siempre, que además le hace revelar la charla que en la mañana de Paraná tuvo con el mismísimo Matías Rossi.
“Nos debíamos esa charla y por eso le agradezco a Matías haberme dado la oportunidad de hablar con él. Fue una conversación muy cordial, donde cada uno dijo lo suyo y aclaramos algunas cosas. Le dije que había sido una maniobra sin mala intención que simplemente tuvo un mal final. Durante el año habíamos corrido varias carreras, Rafaela y La Pampa, en la punta sin problemas, pero ese día en el Mouras la maniobra final me salió mal. Quiero seguir corriendo con Rossi, porque a mi me gusta correr contra los mejores y Matías es uno de los mejores pilotos de Argentina.”
-¿Fue una satisfacción especial volver y no sólo hacer la pole provisoria, sino quedar delante de Rossi (7º)i en los entrenamientos y la primera clasificación?
“No, simplemente fue la satisfacción de comprobar que sigo siendo competitivo. No volví para marcarle la cancha a Rossi que es un gran rival pero es in rival más”.
¿Qué te dijeron tus colegas sobre el choque con Rossi en la final del Mouras?
“Unos me felicitaron, otros me putearon y hasta hubo algunos que se acercaron a hablar con mis patrocinantes para conseguir las publicidades…”
¿Perdiste plata con este parate?
“Y si, porque tuve que seguir manteniendo el equipo, sin despedir gente, comprar un motor, que sale un millón de pesos, y otros elementos para conservar el nivel del auto. En estos momentos no es redituable tener un equipo propio ya que los costos son muy altos. El automovilismo es una actividad muy particular. Podés ganar mucha plata o fundirte. En mi caso todo lo que gano lo pongo en los autos de carrera. Por eso no tengo casa propia.”
Y en estos momentos y luego de la suspensión ¿cómo estás económicamente?
“Con el agua al cuello y mirando permanentemente la cuenta bancaria…”
Pero vos el año pasado ganaste la carrera del millón de pesos….
“Si, pero, je…” (risa nerviosa y silencio)
Otro motivo de actual ansiedad de Werner en su inminente debut como padre. “Mi esposa está con contracción es y por eso no pude ir a probar a Olavarría” cuenta el entrerriano sobre el bebé por llegar que ya tiene nombre: Salvador.
¿Te gustaría que fuese corredor ?
“El abuelo (por su padre José) ya le está comprando el casco, pero de mi parte prefiero que haga lo que le guste. No voy a presionarlo para que corra. El ambiente del automovilismo es una mierda. Es muy individual. Lo he notado cuando fui a a acompañar a mi esposa que es jugadora de hockey sobre césped en Entre Ríos y ví que ese ambiente era más distendido y amistoso, algo que no tiene el automovilismo.”
Volvió con todo Mariano Werner. Para tomar ese lugar de referente de Ford, que “tenía antes de la suspensión” como sugestivamente destacó Matías Rossi, su nuevo colega de marca en este reencuentro de esos dos grandes rivales del actual TC.
Por Miguel Sebastián (Especial desde Paraná, Entre Ríos)
Fotos: AIF, Prensa ACTC y Renault