UN POCO más.
Ha comenzado la Copa de Oro de TC, tramo decisivo del año en que la categoría ha afrontado una nueva era, la de los motores 24 válvulas conjuntamente con los coches provistos por la ACTC.
Más allá de los vaivenes casi interminables y reiterativos hasta el cansancio casi, acerca de si el reglamento ha estado o no parejo para las marcas, queda claro que los impulsores han aprobado el examen. Si bien se suscitaron inconvenientes que no fueron numerosos ni reiterados, brindaron una solución y una preocupación menos (quizá la más importante), para pilotos, preparadores y equipos, a diferencia de lo que sucedía con los anteriores varilleros que funcionaban al filo de la navaja y sus roturas y caídas en el rendimiento, jaqueaban en forma demasiado habitual.
Y habla bien de los motores cuyos kits con las tapas multiválvulas como corazón desarrolló y entrega Oreste Berta a la ACTC, ya que la inmensa mayoría de los pilotos están atravesando el campeonato con único motor y escasos repuestos. Son contados los preparadores que consiguieron alistar más de una planta motriz, Johnny Laboritto uno de ellos.
Y ese faltante de kits, se ha debido al «atraso» (sostienen desde la calle Bogotá) que había mantenido Berta para entregar 40 kits más que la ACTC ya le pagó tiempo atrás. A esta altura, todos los pilotos deberían disponer al menos de un motor de repuesto, sin embargo no es así.
«El objetivo sí o sí es que todo el mundo cuente con un motor de repuesto que ya debería haber tenido, para cuando comience el campeonato del año que viene», dice un piloto informado.
¿Seguirá Berta en 2016 con el alistamiento y provisión de los famosos kits multivalvuleros?, «sí, claro; todo continúará igual como ha sido previsto», desliza un dirigente aceteísta.
Por el equipo de VA
Foto: ACTC
