Y LA SANCIÓN FUERON 30 SEGUNDOS.
Estuvo muy cerca de conseguirlo. Y si bien es arriesgado aseverar que le robaron el campeonato, sí hay que decir que ese toque en el principio de la carrera terminó minando las posibilidades de Esteban Guerrieri de llevarse el título del WTCR, que terminó en manos del húngaro Norbert Michelisz con el Hyundai i30.
Todo pasó en las primeras vueltas de la última carrera, a la que Esteban llegó con claras chances de ganar el título al punto que, en algún momento, se lo estaba llevando: lideraba la final en Sepang, Malasia, y Michelisz estaba cuarto. Pero apareció en acción el español Mikel Azcona que, con llamativa fiereza, fue por Guerrieri y lo tocó de atrás, haciendo que el Honda Civic se vaya al pasto y, desde ese momento, comenzara a tener problemas de temperatura.
Mirá el polémico toque:
A partir de este toque, Esteban fue perdiendo posiciones, entró a boxes y terminó con un magro puesto 22, y con la tristeza de no haber podido pelear limpiamente el campeonato tras una arremetida sensacional con un cuarto puesto y un triunfo en las dos carreras anteriores. Sin embargo, Guerrieri prefirió rescatar lo positivo y ya piensa en 2020.
“Cuando no suceden las cosas como uno quiere, seguro que se aprende. Hoy aprendimos algo, es parte de la vida, es solo un deporte”, dijo el subcampeón del WTCR. Y fue condescendiente con Azcona: «Me pega Azcona, estábamos peleando bien pero él sale a la recta, no tenía el auto puesto y me pega. Se me llenó de pasto el radiador y comenzó a levantar temperatura. Él es joven y tendrá que aprender. Yo lo tomo de esa manera, va a servir para crecer”.
En cuanto al Bebu Girolami, compañero de Esteban, le dio una mano en lo que pudo para que ganara el título, y cerró de buena manera el año: quedó 21°, cuarto y séptimo; consiguió tres victorias a lo largo de la temporada para quedar séptimo en las posiciones finales.
Fotos: Prensa Honda Racing WTCR.
