LA GUERRA TAMBIÉN LLEGÓ A LA FÓRMULA 1.
“Nikita Mazepin piloteará según lo previsto en la sesión del viernes 25, con Mick Schumacher tomando el relevo por la tarde. No se harán más comentarios con respecto a los acuerdos de los socios del equipo”.
Con el escueto texto, el comunicado oficial del equipo Haas enfrió el clima caliente de rumores, que había reinado en el circuito de Montmeló. Al mismo tiempo que en España, el equipo de origen estadounidense con piloto y patrocinante ruso, participaba en las pruebas de pretemporada, en Ucrania se concretaba la invasión y los bombardeos del ejército ruso.
Por las dudas y para no responder preguntas, Guenther Steiner, director deportivo del equipo, no apareció en la reunión de prensa, posterior a las pruebas. Igual se le escuchó decir que no pensaba que el conflicto político entre Rusia y Ucrania llegase a complicar el futuro deportivo del equipo Haas, más allá que para la última jornada de pruebas fueran retirados del flamante modelo VF 22, los logos del patrocinante Uralkal y se modificaron los colores blanco. azul y rojo (quedó sólo el blanco) que identifican a la bandera rusa.
Pareció un optimismo exagerado porque ya surgieron dudas sobre el Gran Premio de Rusia, previsto para el 25 de septiembre, (se suspendió la venta anticipada de entradas), y no son pocos los que ven en peligro la subsistencia del Haas, financiado mayoritariamente por la empresa de fertilizantes rusa Uralkali, propiedad de Dmitry Mazepin, padre de Nikita y poseedor de una fortuna que los más cautos estiman en 1800 millones de euros.
Desde su llegada a la Fórmula 1, los Mazepin fueron mirados con cierto recelo por el ambiente de la categoría. A Nikita, además de sus dotes conductivas, se le reprocharon algunos hechos fuera de los circuitos. Acordate, estuvo involucrado en el controvertido caso del manoseo de una mujer que lo acompañaba en su auto, y también en un episodio de conducción por encima de las velocidades máximas permitidas. A su padre Dmitry se le cuestionó su fortuna construída en gran medida a su estrecha y buena relación, casi de amistad, con el presidente ruso Vladimir Putin, que también le permitió iniciar contactos comerciales en Bielorrusia, su país de nacimiento hace 53 años.
No importaron mucho esos “detalles”, a una Fórmula 1 necesitada de inversionistas y pilotos con buena billetera. Y los Mazepin tuvieron así a principios de 2021 el terreno libre para una llegada a la Máxima, que ya planeaban desde que Nikita corría en las categorías anteriores.
Ese respaldo hizo que en varias ocasiones se lo mencionara para la compra de equipos de Fórmula 1. Se habló de Force India, Williams y Haas. Lawrence Stroll (padre de Lance) le ganó la partida en Force India (ahora Aston Martin), y el grupo inversionista estadounidense Dorilton Capital desembarcó más fuerte en Williams. Mazepin tampoco pudo hacerse de Haas aunque se estableció como mayor patrocinante, y paradójicamente en un equipo de origen estadounidense impuso en sus autos los colores de la bandera rusa. Según se especuló fue por sugerencia del propio Putin, para indirectamente burlar la suspensión para explicitar su nacionalidad en competencias deportivas impuesta a Rusia por la Agencia Mundial Antidopaje.
Hasta hace poco no era imaginable en el corto plazo, el conflicto entre Rusia y Ucrania, que indirectamente también pone frente a frente a Rusia con Estados Unidos, los dos países con intereses mayoritarios en Haas. Una situación incómoda, compleja, que tuvo sus primeras consecuencias con el retiro de la inscripciones de Uralkali. Es la empresa de fertilizantes propiedad de Dmitry, además de la modificación de los colores rusos. ¿Habrán sido las primeras de una serie que termine con su alejamiento de la Fórmula 1?
Si, me imagino que Putin se tomo un rato para avisar que queria los colores rusos en un auto de Formula 1 del fondo del peloton. Que idiotez.