SUPERADO EL EXÁMEN INICIAL.

El que marcó el comienzo de la nueva era turbo como se la ha dado en llamar. El Super TC2000 afronta un camino que no se encuentra exento de controversias.

El paso dado al adoptar los silenciosos motores franceses Oreca, cuatro cilindros turbo asistidos, cuyo nada estridente sonido es uno de los puntos que generan más discusiones, además de modificaciones importantes en la aerodinamia que ha quedado considerablemente limitada respecto a lo conocido hasta el año pasado, depara un sinnúmero de opiniones que van en sentidos opuestos.

Mariano Werner en el Fiat y todos los pilotos, deben cambiar el chip para entender y amoldarse a los nuevos autos más indóciles, y a los impulsores turbo.

Será vital mantener la coherencia y convencimiento en el emprendimiento, ajustes sí, pero sin caer en recetas que deriven en salirse de la normativa original vigente y, en tal caso, originarán dolores de cabeza fuertes como ocurrió en el caso de los defenestrados V8 Radical, los del sonido estilo F1 que tanto atrajo y del que tanto se ufanó el mentor de entonces, Pablo Peón, hoy afincado en el Estado de La Florida, Estados Unidos.

Lo visto en el Cabalén no fue lo esperado, fue tedioso, tampoco se podía ser demasiado pretencioso ante la carrera bautismal con autos casi virgenes y con reacciones algunas por descubrir sobre la marcha. Uno de los objetivos de la dirigencia deportiva y técnica que propuso el cambio de rumbo, encabezada por Edgardo Fernandez, hombre del palo fierrero, fue conseguir con la conjunción escogida, conseguir que el Super deje atrás aburridos espectáculos que abundaron en los últimos años, que fueron a contramano de la intención de convocar a más público.

Darío Ramonda, a la cabeza del Toyota Gazoo Racing, parece mirar al futuro que se avecina.

2019 se supone es el año experimental, si bien cuanto antes sean percibidos los frutos verdes, bienvenidos serán. Sabés que si en algo nos emparentamos los argentinos, es en la ansiedad. Un proceso que en un país automovilístico con otras variables, sería entendible que abarque un tiempo prudencial, traído a nuestro país, los plazos se acotan y la necesidad que lo hechos corroboren lo acertada de la apuesta, sube por el ascensor.

Y ahora, un aporte vía Twitter que viene al caso, de alguien que la tiene clara, el ingeniero argentino Enrique Scalabroni. Ha resaltado un tema del que pocos se han ocupado en los primeros movimientos del nuevo Super: el atinente a los turbo, tecnología que infla los motores en forma, y que a la vez ha sabido deparar complejidades. No hay que perder de vista este aspecto, más aún considerándose que no abunda experiencia competitiva verdadera en la materia en la Argentina.

Corazón turbo. A cuidarlo y que lo atiendan los «médicos» que correspondan.
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Mencionó Scalabroni (@ScalabroniE): Trabajar con motores turbo-comprimidos exige un Gran Cambio de Mentalidad en todos los campos de la categoría, en Ingeniería del chasis, en atención de motor, en Ingenieria de pista y en Conducción. Llevará varias carreras para que los equipos lleguen al mismo nivel entre ellos!

Es una de las claves, no sea que por aquello de la ansiedad que suele invadirnos, comiencen los toques autóctonos; así como también en la aerodinamia. ¿Consecuencias?, para muestra basta un botón…

Fotos: Super TC2000.

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