ALGUIEN TENÍA QUE DECIRLO.

Y sin vueltas, ni anestesia, lo dijo Julián Santero, el puntero exclusivo del campeonato de TC 2000, luego del tercer puesto logrado en Bahía Blanca a pesar de un Toyota con 50 Kilos de lastre.

“Tuvimos con Berni una interesante lucha. Llaver es un piloto subestimado, pero es muy bueno. Lamentablemente recibe muchas órdenes durante el año. Si no recibiera órdenes podría ganar más carreras y pelear campeonatos” disparó Santero, a modo de elogio y justificativo sobre lo actuado por su comprovinciano con el que protagonizó, y no fue el primero, un áspero duelo.

Santero hizo lo que pudo, pero no logró contener el avance de Canapino con un Chevrolet sin lastre. «Los kilos en mi Toyota se notaron en el ritmo de carrera», explicó el mendocino quien quedó al frente del campeonato.

Con esas palabras, Santero puso a la luz una situación evidente, la orden del equipo Chevrolet para que Llaver le cediese el primer lugar a Agustín, sobre la que el propio Berni no se expresó demasiado con palabras pero sí, con su gesto serio en el podio. Por su parte, Canapino la reconoció y justificó, argumentando que “por no tener kilos, mi auto venía con mejor ritmo y por eso no tenía sentido luchar entre nosotros”. Después el campeón admitió, “soy purista y no me gusta ganar así”, recordando el nulo lastre de su Cruze ante rivales como el Renault de Pernia, el Corolla de Santero y el Chevrolet de Llaver, cargados con kilos. Queda por saber si le gusta ganar con órdenes de equipo.

La alegría de Canapino sobresale en el podio de Bahía Blanca, ante la seriedad de su escolta Llaver y la calma de Santero.

Santero sabe bien de lo que habla, porque hasta el año pasado vivió esa situación de condicionamiento a órdenes de equipo ante la presencia de Matías Rossi como compañero en Toyota. Sin el Misil, Julián está ratificando su potencial y reflota el pensamiento que hubiese ganado más carreras, y peleado más campeonatos, de haber tenido libertad de acción. Qué lástima que no la hubo, como tampoco existió esa libertad de acción en Bahía Blanca entre los pilotos de Chevrolet, pese a que recién quedó atrás la segunda de las doce fechas de la temporada. Quizás no le hubiese alcanzado a Llaver para mantener el primer lugar, pero al menos hubiera entregado un final más atractivo a la carrera. A recordarlo porque la libertad de acción, que generalmente los equipos no miran con agrado en función de sus intereses, también forma parte del repertorio de atracciones de una carrera para captar la atención de la gente.

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3 COMENTARIOS

  1. Santero le juega la psicologica al equipo Chevrolet.Vamos a ver que dice cuando Toyota lo haga levantar al pibe Barrios para beneficiarlo a el….

  2. En definitiva estan los mismos pilotos diciendo que la categoria es un asco. A confesion de parte…
    Saludos

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