CAMINO SIN prisa, se prestó a sacarse fotos que le pedía la gente, conversó y siguió mirando.

 

Lole recorriendo el sector de Autojumble, a su espalda su mujer Veronica Ghio.
Siempre detallista, un rasgo que no cambia en el Lole. Revisa una pieza antigua con rigurosidad.
El recordado Falcon Angostado versión "trompa baja"; Carlos lo manejó en una carrera de TC en el autódromo porteño a mediados del ´68

El espléndido predio de los jardines del Hipódromo de San Isidro, como te contamos, ha sido escenario de Autoclásica. Entre la multitud, VA detectó a Carlos Reutemann;  relajado, con su mujer Verónica Ghio y un amigo, Lole caminó tranqui, recorriendo casi cada uno de los stands montados en el sector de Autojumble, donde los entusiastas podían encontrar de todo (repuestos antiguos, libros, revistas, autos de colección, recuerdos, fotos, partes, vestimenta).

Carlos se detuvo en uno donde vendían viejas luces de autos, y las observó como si tuviera rayos X en su vista. Al rato en un carrito eléctrico lo llevaron hacia el sector donde se encontraban autos de competición que hicieron época. Allí fue expuesto su rojo Falcon Angostado de Turismo Carretera, que utilizara en 1968. El auto -original- fue restaurado en su taller en Luján por Eduardo Bouvier, y pertenece al presidente de la ACTC, Hugo Mazzacane quien lo sumó al Museo del TC instalado en el Autódromo Roberto Mouras de La Plata.

Por Carlos Saavedra
Fotos: VA

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2 COMENTARIOS

  1. Un grande, el Lole !! El deporte motor argentino le debe un gran reconocimiento por todo lo que logró.Aunque parco y poco amigo de de las exteriorizaciones es un tipo que dio todo lo que pudo por el automovilismo. Nunca tuvo que poner dinero propio, o de su familia para correr.Por sus condiciones logró subirse a su primer auto de competición (un Fiat 1500 de la Concesionaria Grossi de Santa Fe), para desde allí comenzar a ganar y estar entre los mejores,siempre.

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