¿Y AHORA QUÉ HAGO?
Es una pregunta que inevitablemente surge en la mente de los deportistas, cuando tras la dura decisión del retiro y siendo todavía jóvenes (muchos no llegan a los 40 años), enfrentan la incertidumbre de una vida nueva. Una duda que generalmente no tiene que ver con su economía sino con esas especiales sensaciones personales de conocer otro tipo de vida de aquellas que vivió durante tantos años inmerso en su actividad específica.
Sebastian Vettel dedicó gran parte de sus 35 años al automovilismo y especialmente a la Fórmula 1. Su exitosa campaña (cuatro títulos mundiales y 53 victorias) más una abultada cuenta bancaria, no le han impedido hacerse esa pregunta a poco del anuncio de su retiro que concretará con la finalización del campeonato. Y en su caso, por su abierta personalidad, esa pregunta está impregnada de cierto temor.
“No sé cómo los otros responden este tipo de preguntas sobre su futuro, pero yo no funciono así, creo que puede ser una forma de protegerme a mí mismo.Tengo miedo de lo que está por venir.Temo al vacío que sentiré con mi retiro, puede ser un agujero, no sé cómo de profundo y si podré salir de allí. Siempre pienso en lo que está por venir y la mejor carrera aún está por llegar, aunque algunos piensen que eso es una tontería por el hecho de que no voy a volver a correr. Me refiero a mi vida personal y para todos los hombres y todas las mujeres que nos dedicamos al deporte, el mayor desafío está cuando lo dejas y te dedicas a hacer otras cosas, a eso me enfrento ahora” revela y explica Sebastian Vettel sobre tan particular momento en su vida. Y lo dice con ese particular plus que tienen sus declaraciones.
A Vettel no le faltan ofertas de trabajo en al ámbito de la Fórmula 1. Los pilotos ya adelantaron que desean que siga al frente de la GPDA, o sea la Asociación de Pilotos. Por su el presidente de la Federación Internacional del Automóvi (FIA), Mohamed Ben Sulayem lo ha invitado a formar parte de una comisión que trate temas sociales y ambientales relacionados con la Fórmula 1. Ahora Sebastian tiene la palabra.