DE LA VAGUEDAD de recuerdos que, como pibe que era por aquellos años, tengo de aquel 3 de marzo de hace medio siglo rescato el “infortunado Juan Gálvez…”, que escuché al engancharme en la transmisión de la carrera de TC en Olavarría en aquella misma radio eléctrica en la que cinco años más tarde, y ya más grande, escucharía otro noticia que golpeó duro en mi incipiente amor por las carreras: la muerte de Jim Clark.

También de aquel 3 de marzo recuerdo el lamento de mi madre María, que no era hincha de los Gálvez porque como decía “ganaban siempre” y eso era algo que no le agradaba mucho a ella, eterna defensora de los más débiles. “No quería que tuviera un accidente, sino que abandonara, nada más”, me dijo, tratando de eximirse de una culpa que no tenía. Fue la confirmación que Juan Gálvez ya era un recuerdo.

No conocí personalmente, ni ví correr a Juan. Si leí muchas cosas, me contaron otras. De esas lecturas y relatos supe que además de un gran campeón y piloto fue un adelantado de su tiempo. Un obstinado del trabajo y la victoria. Un estratega de las carreras que no dejaba detalle librado al azar. Por eso cuesta entender esa aversión al uso del cinturón de seguridad (temía morir quemado) que pagó con su vida en el vuelco de Olavarría. Misterio de la mente humana a los que Juan no escapó.

Juan habló tanto como su hermano Oscar, pero sólo con los hechos y los números. Nadie ganó tantas carreras (56) ni tantos títulos (9) como él. Es cierto que siempre tuvo los mejores fierros, tan cierto como que para ganar tenía que andar horas y horas y kilómetros y kilómetros sobre esas frágiles e incómodas cupecitas. Nada que ver con estas careras actuales de menos de una hora donde no falta los pilotos que bajan cansados…

Por todo esto Juan Gálvez sigue siendo el gran referente del TC aún a medio siglo de su muerte. ¿Qué diría Juan si viviera ante este TC con pilotos que le esquivan a la victoria?.  Seguramente se enojaría mucho, porque él que ganó como nadie la siguió buscando hasta encontrar la muerte.

 

Por Miguel Angel Sebastián

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2 COMENTARIOS

  1. Recuerdo aquel dia, jugaba con autitos en el patio de mi casa cuando llegó la mala noticia.
    Miguel, que los pilotos no quieran ganar no es cupla de llos.

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