TODOS SOMOS concientes…

…de la importancia de que los niños viajen en sillas especiales para su protección en caso de accidente. Sin embargo, hay que saber que no es suficiente con utilizarla, sino que también debe ser adecuada al peso y altura del menor así como estar correctamente sujeta al auto para que cumpla su función de la forma esperada.

AUTOFoco.com, es uno de los portales más importantes de clasificados de autos y contenido automotor de la Argentina, y ha realizado un informe para ayudar a escoger una silla de retención infantil adecuada para menores a la hora de viajar en vehículos.

¿Por qué las sillas de retención son tan importantes?

Su uso es vital para cuidar a los bebés y niños que viajan en auto. «Es importante entender que las butacas infantiles no son un simple accesorio, sino que puede significar la diferencia entre la vida y la muerte», señala un informe del Centro de Experimentación Y Seguridad Vial (CESVI) de la Argentina.

Según demuestran las estadísticas, utilizar un correcto sistema de seguridad infantil reduce hasta un 75% las lesiones en caso de siniestro, evitando el impacto de los menores contra otros ocupantes y elementos del vehículo.

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Hay que tener en cuenta que una frenada de emergencia (sin llegar necesariamente a chocar con otro vehículo u objeto) puede ocasionar lesiones graves a un menor si este no está correctamente sujetado. De hecho, en un choque a 50 km/h, existe un alto riesgo de mortalidad cuando viaja sin butaca de seguridad.

El motivo es que cuando viajamos dentro de un vehículo a una determinada velocidad, los ocupantes se desplazan a la misma velocidad y en caso de que se frene bruscamente, los menores (o adultos) que no estén sujetos al auto saldrán despedidos hacia adelante con una fuerza que equivale a cuarenta veces al peso de la persona.

Por esta razón, la mayoría de las lesiones ocurridas en accidentes de tránsito con niños podrían evitarse si fueran sentados en los asientos traseros, utilizando el cinturón de seguridad y en el asiento infantil apropiado para su estatura y peso.

¿Hasta qué edad deben utilizarlas?

Según la Ley de Tránsito, ningún menor de diez años puede viajar en el asiento delantero. En el caso de la ciudad de Buenos Aires, la normativa extiende esa edad hasta los doce años o 1,50 metros de altura. La forma correcta para que esos niños transiten seguros es ubicándolos en el asiento trasero, con sistemas o dispositivos de seguridad homologados adaptados a su peso y altura.

A pesar de eso, en muchas ocasiones cedemos ante los niños que quieren viajar en el asiento del acompañante por tratarse de ‘trayectos cortos’. Esta acción es peligrosa y los pone en riesgo de sufrir graves daños o incluso la muerte, en caso de que se produzca un choque o una frenada brusca.

Por esta razón, fijate,  es recomendable que ningún menor de doce años viaje bajo ninguna circunstancia en el asiento delantero. En el caso de bebés menores de un año o con menos de diez kilógramos, deben viajar en butacas adaptadas a su peso y en el sentido contrario a la marcha. “Esto se debe a que en un impacto frontal, el débil cuello del niño no soportaría la fuerza con la que la cabeza se desplaza hacia adelante”, señala CESVI Argentina.

A partir del año, o cuando pesan entre 10 y 25 kg, los menores deben viajar en una silla de seguridad pero en el sentido de la marcha, es decir, mirando hacia adelante. Pasados los cinco años, los niños pueden viajar sobre asientos elevados con el cinturón de seguridad abrochado.

¿Hay diferentes tipos de sillas de seguridad?

Sí, existen diferentes tipos de butacas adaptables al peso y altura de los menores.

-Grupo 0: Los bebés de hasta 10 kg de peso y hasta aproximadamente nueve meses de edad deberán viajar en este tipo de sillas. Dentro de este grupo existe el subgrupo 0+, para bebés de hasta 13 kg de peso y hasta 12 o 15 meses de edad (aunque lo determinante es el peso). Este tipo de sillas permiten que el bebé viaje recostado, sujetado con un arnés. Siempre deben colocarse en el sentido contrario a la marcha.

-Grupo I: Para niños de entre 9 y 18 kg de peso, normalmente entre 1 y 3 años de edad. Se trata de sillas que sujetan al niño con un arnés de seguridad y se sitúan en dirección a la marcha o en dirección contraria.

-Grupo II: Los niños de entre 15 y 25 kg, que se encuentran normalmente entre los 3 y 7 años, deben utilizar las de este grupo. Las sillas consisten en un almohadón y un respaldo sobre los que el niño viaja. En este caso ya no utilizan arnés, sino el cinturón de seguridad. Básicamente lo que hacen es elevar al niño para que el cinturón de seguridad no le provoque lesiones.

-Grupo III: Para niños de entre 22 y 36 kg, que suelen tener entre 6 y 12 años. A esta edad, los niños deberán viajar con sillas que normalmente consistirán en un almohadón (en ocasiones también incluye un respaldo) que se deposita sobre el asiento del vehículo y que eleva al menor para el correcto uso del cinturón de seguridad, que debe ir siempre abrochado.

Un punto importante a tener en cuenta es que resulta muy recomendable comprobar que las sillas estén homologadas por Estados Unidos o Europa, donde la estricta regulación asegura que estas cumplan una función de protección real para los menores.

¿Dónde la ubicás?

Según estudios realizados por CESVI, a raíz de estadísticas de accidentes de tránsito, los lugares más seguros dentro de un vehículo son los traseros ya que en la mayoría de los impactos “esa zona es la única que conserva la habitabilidad de los ocupantes”.

Como te mencionamos, los bebés deben ir situados en sentido contrario de la marcha, mientras que los niños más grandes pueden ir en sentido de la marcha.

Lo normal es fijar las sillas solamente con el cinturón de seguridad, pero esto no es suficiente. Lo recomendable es que las sillas vayan agarradas al auto a través de anclajes ISOFIX (o Latch), que son los autorizados según la Agencia Nacional de Seguridad Vial. Esto es importante porque permitirá que la silla (y el menor) viajen correctamente sujetos al vehículo evitando desplazamientos que pueden causar lesiones al niño.

Por último, antes de iniciar el viaje, es importante comprobar que el cinturón no pase muy próximo al cuello del niño y que la banda inferior pase por la pelvis y no por el vientre. En el caso de bebés, debés comprobar que los arneses estén correctamente ajustados.

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