VOCES QUE SABEN DE LO QUE HABLAN.

Agustín Canapino instalado en Indycar, pasó la presentación del Juncos Hollinger Racing, también su debut junto al resto de la categoría en los ensayos colectivos en el circuito en California, desconocido para la categoría y con auspicioso balance provisional. Lo que viene es el primer capítulo del calendario en el muy difícil callejero en St. Petersburgo, en el Estado de La Florida.

La resonante incorporación de Agustín al automovilismo norteamericano, a Indycar, ha generado múltiples comentarios. En tal sentido, visionauto apeló a dos opiniones muy calificadas para entender tan inédito paso y para que se expresen sobre el salto del arrecifeño.

Juan Manuel Fangio II, Juan Manuelito, el conocido ex-piloto con vasta experiencia, además de otras categorías, corrió durante años en EE.UU y precisamente en Indycar (CART, como se denominó por entonces)

El sobrino del quíntuple, después de sus inicios en Fórmula Renault en nuestro país, se enfocó en el terreno internacional, y llegó a probar un Osella-Alfa Romeo en octubre de 1984. Luego cambió y comenzó a correr en EE.UU, debutó en la Serie IMSA 1985 y tuvo una exitosa carrera ganando dos campeonatos de pilotos en la Clase GTP, 1992 y 1993, con Toyota, y dos títulos de constructores para Toyota y el All American Racers del inmenso Dan Gurney. A su vez, triunfó en dos ocaasiones en un clásico, las 12 Horas de Sebring, alcanzando 21 victorias en GTP.

Juan Manuelito desde 1995 hasta 1997 compitió en el CART (la denominación como te hemos dicho de la actual Indycar). Primero con el equipo Pac West y más tarde pasó al All American Racers. Puntuó en cuatro carreras, obteniendo como mejor resultado un séptimo lugar en Mid-Ohio 1995. En 1997 se retiró del equipo y de la categoría. Una vez retornado la Argentina, en 1998 se sumó al Campeonato Sudamericano de Superturismo como integrante del equipo oficial Peugeot (ganó en Olavarría y finalizó quinto el campeonato).

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«Definitivamente, la incursión de Agustín en la Indycar es algo que ha generado muchísimas expectativas, es un enorme desafío, y él lo está llevando adelante de manera excelente. Se ha estado preparando en lo físico, con el idioma, que es algo fundamental cuando se sale del país y, por otro lado, tiene la contención de un equipo argentino que ya está hecho y ha transitado un camino excelente dentro del automovilismo americano», dice Juan Manuelito. «Eso -acota- no es un tema menor para un argentino que sale de su país. Se encuentra con un equipo que le da toda la contención necesaria para que pueda dar lo mejor de sí mismo en el momento en el que tenga que accionar».

Considera luego, «el desafío es enorme, porque muchas veces uno puede llegar a hacer una categoría previa como Indy Lights durante un año o dos. Es un salto muy grande el de Agustín, pero hay una cosa a su favor y es que la realidad virtual. Los simuladores, donde él está a primer nivel mundial corriendo para Williams, con los que se pueden ganar hasta tres años de experiencia en pista tanto a nivel técnico como conductivo. Eso es un apoyo muy significativo, y una carta de suma importancia que tiene Agustín en su bolsillo».

¿Cómo le irá a Canapino en los velocísimos y ultra exigentes óvalos, que acaso resulten su exigencia extrema y compleja. «El tema de los óvalos es lo más preocupante. Cuando los autos están puestos son relativamente sencillos de manejar, en el sentido de que son predecibles. El problema es cuando, en algún momento, el auto se pone inmanejable por algún problema en la puesta a punto, o por cambios en la pista. Esa es la parte posiblemente que le cueste un poco más, y la que debe tomar con calma. Cuando el auto está se va para adelante, cuando no está hay que limitarse a lo que el auto te da», indica Juan Manuelito con propiedad y claridad.

Y sobre las carreras en óvalos, aporta y para tener muy en cuenta, «hay muchas cosas que juegan. Las velocidades son altas y la parte aerodinámica es un factor fundamental. Y cuando hablo de la parte aerodinámica hablo de la influencia del viento, porque los ángulos de ataque pueden ser diferentes. Lógicamente, las curvas en los óvalos las va a encarar con viento de atrás, o cruzado, o de frente, y el auto va a tener comportamientos diferentes independientemente del tráfico. Esto es algo que tiene que ir incorporando con calma, se esta adaptando de manera excelente, en las pruebas tuvo resultados maravillosos desde todo punto de vista, ha sorprendido estando a menos de un segundo y cuenta con un equipo que el año pasado pudo poner al auto adelante».

«Además -sigue diciendo- tiene un compañero con el que puede hacer intercambio de datos como para ir ajustando la conducción de este tipo de vehículos, que son totalmente diferentes a los que manejó Agustín anteriormente. Está todo dado para tener una temporada de aprendizaje y, si se dan los tiempos necesarios, cuenta con las condiciones para que los resultados lleguen».

GUSTAVO ROSSO, UN ARGENTINO RADICADO EN EE,UU, MUY CONOCEDOR DE INDYCAR

Gustavo Rosso, puntano, oriundo de Justo Daract, vive junto a su esposa Celina e hijos en Minneapolis, EE.UU desde hace más de una década. Es un avezado hombre de los medios de prensa, trabaja como productor en Latin Experience Television; a su vez se desempeña como reportero gráfico abocado a coberturas desde hace varias temporadas en Indycar.
Visionauto también escucha sus impresiones como muy conocedor de los avatares de la categoría.
«En principio, junto al resto de la categoría, Canapino y el Juncos Hollinger, estuvieron haciendo los test de pretemporada en un circuito desconocido y nuevo y anduvo bien. Más allá que muchas veces en ese tipo de test, no se sabe lo que los equipos están mostrando o que no en los autos», sostiene Rosso. «Pero bueno -destaca- lo importante fue que en su primera prueba, no se despistó ni se mandó ninguna macana. Evidentemente Agustín tiene un talento bastante desarrollado».

 

Rosso (primer plano) en una de las tantas grillas de Indycar
Sobre el esperado debut próximo en St. Petersburgo, Gustavo alerta con sensatez y realismo, «vamos a ver como le va en «Saint Pete», la primera del año en un circuito callejero muy complicado. Ahí, un error es un bombazo y como en los óvalos, es costoso. En un golpe contra la pared rompés el auto; ojalá pueda sortear esos obstáculos. Pero bueno el (Canapino) tiene que sacarse la presión, me parece que su puesto en pista va a ir del 20 a 27, y desde ya, no tiene porqué volverse loco para ir más adelante, más allá que si le diera, bienvenido pues!».
«No hay que dejar de tener muy en cuenta que correr en una categoría tan competitiva como Indycar, implica todo un proceso que requiere no sólo manejar bien, también contar con el auto, estrategias, conocer las pistas y otras tantas  cosas a incorporar, no es nada sencillo», estima Rosso y remarca, «No te vas a comparar por supuesto con un tipo como Will Power, quien ha venido corriendo en St. Petersburgo en los últimos 12/13 años y conoce la pista y hasta sabe donde queda el último paredón!».

«Lo veo bien a Canapino, vamos a ver. Todo es posible; (Ricardo) Juncos hizo una apuesta muy grande con Agustín, ojalá les vaya bien a ellos; será para el bien de todos», cierra diciendo el puntano y argentino

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