CELEBRADO REGRESO.
Es el del Campeonato Mundial de Superbike a la Argentina, concretamente al Autódromo de El Villicum, en San Juan. Atrás quedó la pausa del año pasado por el coronavirus, que en algún momento pareció prolongarse, como ha ocurrido con el MotoGP. Por suerte, la incertidumbre se disipó y la categoría ha llegado nuevamente al país, y se convierte en el primer espectáculo del deporte motor internacional que se desarrolla en época de pandemia. La situación que perdura, además de los lógicos cuidados sanitarios, ha limitado la concurrencia a 5000 espectadores.
Como suele ocurrir en los distintos destinos del Mundial, la cita en el país anfitrión incentiva la presencia de pilotos locales. Argentina no es la excepción. Por eso, Leandro Mercado, único representante argentino de forma continua en la categoría con una Honda del MIE Racing, tiene esta vez compañía en Superbike. Son el cordobés Luciano Ribodino y el rionegrino Marcos Solorza, ambos debutantes sobre sendas Kawasaki del Pedercini Racing.
Ribodino llega con las mayores expectativas para concretar una buena actuación, respaldado por sus títulos argentino y brasileño de Superbike y SuperSport. También hay argentinos en la telonera del Superbike Mundial, la SuperSport 600. Los cordobeses Andrés González y Mathias Petratti, ambos con Yamaha, representan esas esperanzas.
Por encima del interés que despierta la presencia de varios argentinos, el otro gran foco de la cita en El Villicum lo da la posibilidad de definición del campeonato. Una alternatuva que tras las tres competencias (dos finales y una Superpole), tiene el turco Topak Razgatlioglu de Yamaha, en caso de elevar a 62 puntos la actual ventaja de 24, que posee sobre el norirlandés Jonathan Rea (Kawasaki). No parece sencillo, pero si lo consigue, la edición 2021 de la carrera en El Villicum, quedará en la historia como la que cortó la serie de seis títulos consecutivo de Rea.
