A PROPOSITO DE LA VICTORIA DE REGALIA en Nurburgring, este dulce momento es propicio para parar un poco la pelota.

La tentación es notable: un triunfo en la GP3 parece realimentar el sueño, que el propio Facundo desea más que nadie, de la prueba con un coche de Fórmula 1. La posibilidad estuvo latente, la de subirse a un Force India durante los ensayos para debutantes previstos en Silverstone y que han perdido parte de su esencia ahora que la FIA los abrió para los pilotos actuales a propósito de los problemas suscitados con los neumáticos en el Grand Prix británico.

Por otro lado, el triunfo de Regalia lo ha posicionado muy bien en el torneo de la GP3, en el que ocupa la posición de escolta a una diferencia razonable respecto del puntero, Tio Ellinas, en circunstancias en las que, como ha sugerido el propio piloto de San Fernando, se hace cualquier cosa con tal de impedirle avanzar en carrera.

Hemos visto muchos casos de chicos argentinos desesperados por triunfar en Europa, un territorio hostil por momentos a nuestra idiosincracia fierrera, que en el afán por progresar no miden el apuro, intentan quemar etapas o saltearse pasos ineludibles. No decimos –ni mucho menos- que éste sea el caso de Regalia. Nos parece ésta una buena oportunidad para demostrar, exactamente, lo contrario. Los memoriosos se acuerdan muy bien del piloto que hacía medio campeonato de cada categoría para subir a la superior, y cuando logró el objetivo estuvo apenas un año y se volvió (con todo derecho, más vale).

Por eso parece lícito preguntarse si no es mejor, mientras tanto, dejar por un rato esos sueños sensacionales, y concentrarse en las oportunidades a mano. ¿Por qué no tirarse a ganar el campeonato de GP3, aplicando todos los recursos a ello, especialmente si eso implica defenderse de los rivales tanto dentro como fuera de la pista? ¿Y por qué no pensar en hacer, si ese logro se concreta, un buen torneo de GP2 en la próxima temporada, tratando de impresionar con los mejores fundamentos, habiendo hecho experiencia y mostrando resultados?

Hoy hay en GP2 buenísimos pilotos que acaso están, en este momento, más capacitados que Facundo para pegar el salto. Volantes como Stéfano Coletti (el puntero del torneo) o el inglés James Calado (el único de los seis primeros del torneo 2012 de la GP2 que hoy no está en la Fórmula1) que están haciendo méritos respaldándolos con los resultados. ¿Por qué arriesgarse a dar un salto más largo con todo lo que hay para perder? Regalia posee un activo interesante: vive en Europa. No extraña. Tiene a sus afectos con él. Corre y en pocas horas está en su hogar, cerca del cariño de su familia. En ese sentido, nadie debe apurarlo.

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¿Le piden 300 mil euros por dos días de pruebas? ¿Por qué no aplicarlos a una campaña más sensata, los pague quien los pague? Con resultados, el apoyo necesariamente saldrá de algún bolsillo. O, en todo caso, habrá más derecho a reclamarlo. 

Por P.V.

 

 

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