DEMASIADAS CARRERAS.

«No hay una gran diferencia entre 24, 23 o 22 carreras por año» dijo el jefe deportivo de Alfa Romeo, Frederic Vasseur en la reunión de directores de equipo en Montreal que comenzó a definir el calendario 2023 del Campeonato Mundial de Fórmula 1.

El Gran Premio de Bélgica, con su magnifico circuito de Spa-Francorchamps y la exigente Curva Eau Rouge puede quedar afuera del Mundial 2023. Sería para lamentar.

Actualmente la agenda contabiliza 22 Grandes Premios que podría extenderse a 24 en caso de concretarse los retornos de Qatar, Sudáfrica y China. Precisamente esa cifra, 24, ha sido fijada como tope, con una particular condición: solamente 8 carreras deben disputarse en Europa. Confirmadas las continuidades de Gran Bretaña, Hungría, España, Imola, Holanda e Italia y en marchas la de Austria (casi un hecho por la presencia de Red Bull, dueña del circuito de Spielberg) y Mónaco (más complicadas por las exigencias de Liberty Media a los organizadores), el cupo europeo parece cerrado con estas carreras. Una situación que de mantenerse deja afuera a un Gran Premio, tan tradicional como esperado por su escenario en la mítica pista de Spa-Francorhamps: el Gran Premio de Bélgica. También de las competencias actuales, queda al margen Francia, quien en busca de mantenerse ofrece un circuito callejero en Niza o la rotación con Bélgica.

Mayoritariamente los pilotos no ven con buenos ojos este incremento de carreras, que en caso de aumentarse a 24 fechas demandaría casi la mitad de los fines de semana del año. Son demasiados, ¿no? Tres campeones como Max Verstappen, Lewis Hamilton y Sebastian Vettel ya han dado a conocer su disconformidad. Y recientemente también se ha manifestado Carlos Sainz, con un toque humano, muy poco tenido en cuenta en la Fórmula 1, y colocándose en la posición de los mecánicos, porque como bien dijo son los primeros en llegar a los circuitos y los últimos en irse.

Sacrificados y anónimos, los mecánicos son los que más padecen los constantes viajes de la Fórmula 1. No todos los tienen en cuenta. Sainz y Verstappen son dos excepciones.

 «No me quejo tanto de los múltiples compromisos que tenemos que soportar como pilotos, sino más que nada del estrés que deben soportar los mecánicos de los distintos equipos. No puedes estar 250 días fuera de casa durante un año. De esta manera la Fórmula 1 derrite a las familias, crea ansiedad, y es insostenible a largo plazo para un mecánico que quiere estar veinte años en la F1. Hay que tener cuidado porque hacer 24 o 25 carreras puede no ser sostenible a largo plazo. Hay que cuidar a la gente, a los que viajamos por el mundo cada semana, a los mecánicos y a todos porque tenemos familias e hijos que cuidar” enfatizó con razón Sainz, quien también hizo referencia a su presente deportivo y a ese primer triunfo tan esquivo, que tan cerca tuvo en el Gran Premio de Canadá.

“Mi fuerte siempre ha sido la constancia y saber esperar el momento adecuado. Estoy en un gran equipo, tengo un buen auto y por eso sé que ese momento del primer triunfo, llegará…” dice esperanzado, reconfortado por palabras similares que en el podio de Montreal  le dedicó Lewis Hamilton, el máximo ganador de la Fórmula 1.

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