TIENE SUS COSAS el Dakar.

 

Entre unas cuantas, impuestas imperativamente, está  la prohibición del número 13 entre sus participantes, que en el caso de los números de dos dígitos comprende a los intrépidos motociclistas. Para que van a sumarle otro riesgo a los que ya tienen por sus propias características, colocándoles el número, unánimemente considerado como el de la mala suerte.

Este año hubo otro número que no figuró entre los motociclistas. Fue el 122 y si te extraña el motivo, te decimos que  fue en homenaje al belga Eric Palante, que llevaba ese número en su dorsal cuando murió deshidratado en la edición del año anterior  camino a Tucumán. De mantenerse esta política el año que viene  tendría que estar vedado el 82, que es el número que lucía en su Yamaha el infortunado polaco Michal Hernik, la víctima fatal de este año, en circunstancias similares a las de Palante, cuando transitaba la tercera etapa rumbo a Chilecito.

Paradójicamente y a contramano de otros cabalistas, el Dakar permite el 17, otro de los números considerados mufas. Este año lo llevó el francés Michael Metge que no tuvo ningún percance grave pero tampoco mucha suerte ya que abandonó en la octava etapa y así cortó la serie de arribos que ostentaba desde su debut en el 2013.

Un dato,  la Fórmula 1  tampoco tiene número 13, pero también permite el 17. El año pasado lo tuvo otro francés, Jules Bianchi, el mismo que desde el 5 de octubre libra una dura y difícil lucha por su vida tras su grave accidente en el Gran Premio de Japón.

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Por el equipo de VA

Foto: Mónica Paz

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