EL FIN DE UNA ÉPOCA.
La noticia fría anunció que el equipo Williams fue vendido a Dorilton Capital, un fondo de inversiones con sede en Estados Unidos, que agrupa capitales de compañías industriales, de salud y de manufactura especializada. No sorprende porque desde hace tiempo se sabía que sólo una venta, podría salvar al equipo inglés de su desaparición.
Tampoco han sorprendido las palabras de Matthew Savage, presidente del grupo. «Estamos entusiasmados con las perspectivas comerciales. Nuestro estilo de inversión es flexible y paciente, y permitirá que el equipo se concentre en el objetivo de regresar a la cima. Haremos un análisis detallado para comprender en qué áreas necesitan se dirijan nuevas inversiones” dijo el ejecutivo que aclaró que respetará el nombre y su sede británica en Grove. “Es importante respetar y preservar la tradición de Williams” anunció Savage
Consecuente con su relación familiar fue el comentario de Claire Williams mezclando emociones con realismo. «Este es el final de Williams como equipo familiar, pero sabemos que están en buenas manos. Vender garantiza la supervivencia del equipo, y sobretodo abre un nuevo camino para retornar al éxito», destacó Claire, actual subdirectora e hija de Frank Williams el creador del equipo.
Por encima de las palabras y deseos de ocasión, la venta de Williams a un grupo de inversores muestra el tremendo significado, triste para muchos, de la desaparición del último de los equipos creados por las ganas y la ambición de un grupo de entusiastas constructores, especialmente británicos, hace ya medio siglo y que le dieron a la Fórmula 1 muchos de sus mejores años. Sin embargo fueron impotentes para resistir la expansión económica y las nuevas reglas de los tiempos modernos, esas que no saben de tradiciones, ni historias, y así fueron desapareciendo uno a uno.
Le ha llegado el turno a Williams, como años atrás había ocurrido con Tyrrell, Lotus, Brabham, March, BRM, Shadow, Surtees, Lola, Penske, Parnell y Copersucar, las marcas con las que Williams compartió la grilla de su debut en el campeonato mundial en el Gran Premio de Argentina 1975.Como irrefutable muestra de cómo cambiaron los tiempos, vale el dato que de aquellos equipos que se presentaron el caluroso 12 de enero de hace 45 años en el actual Gálvez, únicamente sobreviven McLaren (sólo conserva el nombre de su creador, siendo propiedad de distintos capitales) y Ferrari, la eterna presencia en la Fórmula 1 por su prestigio y tradición.
La venta de Williams cierra en la Fórmula 1 un ciclo que un entusiasta y por entonces vital Frank Williams, inició en 1975 con muchos más ganas y argucias que medios económicos. Por eso muchos no imaginaron la extensa y brillante trayectoria que logró alcanzar en el Mundial. Con 750 carreras sólo es superada por Ferrari (997) y McLaren (869). Clave para eso fue su visión y agudeza para explorar mercados hasta entonces vírgenes, que le permitió en 1977 concretar una alianza con patrocinantes árabes. El acuerdo llenó de dólares bolsillos hasta entonces flacos, y ese cambio comenzó a verse en los resultados en las pistas.
La buena temporada 1978 fue un aviso, y la siguiente resultó la de su afirmación con sus victorias iniciales que abrieron definitivamente el camino a los primeros planos. Así llegaron los 111 triunfos, 128 poles, 133 récords de vuelta, 312 podios, 9 Copa de Constructores (1980-81-86-87,92-93-94-96-97), y los 7 títulos de pilotos con Alan Jones (1908), Keijo Rosberg (1982), Nelson Piquet (1987), Nigel Mansell (1992), Alain Prost (1993), Damon Hill (1996) y Jacques Villeneuve (1997).
Como en la vida, las alegrías no son completas y por eso en este ciclo de gloria de Williams, también la tragedia metió lo suyo con un par de terribles situaciones. Una la sufrió el propio Frank Williams el 8 de marzo de 1986, el día de su accidente en una autopista francesa que al regreso de unas pruebas lo dejó parapléjico al volcar el Ford Sierra alquilado que en esos momentos manejaba con el periodista inglés Peter Windsor. La otra conmovió al mundo el 1 de mayo de 1994 cuando Ayrton Senna se mató en Imola sobre uno de sus autos, Sin ser una tragedia, también el nombre de Williams genera en los argentinos un recuerdo no muy agradable por ese título mundial que Carlos Alberto Reutemann perdió en 1981 por apenas un puntos en circunstancias que no quedaron muy claras.
Todo termina en la vida y ese largo dominio de Williams comenzó a decaer con llegada del nuevo siglo. Se acentuó en el último lustro con la nuevas exigencias de la Fórmula 1 a las que Williams no pudo adaptarse totalmente y por eso tocó fondo. Una imagen que inspira tristeza en quienes conocieron sus tiempos de gloria donde no sólo era líder sino el sueño de todo piloto con ambiciones de campeón. La venta al grupo inversor Dorilton Capital terminó con la agonía de Williams pero fundamentalmente cerró en la Fórmula 1 el tiempo de los románticos soñadores que la hicieron grandes. Esa es la noticia que está por encima del frío anuncio de una operación comercial.