ES CRISTINA GUTIÉRREZ, la bella española que ha debutado en la edición de este año.

Ellas, Cristina y Laila Sanz conversan. Dos de las mujeres que le dan el toque femenino al Dakar; nosotros tenemos a la sureña Alicia Reina.

Nacida el 24 de julio del 91 en Burgos, Cristina se decidió y ha estado afrontando el enorme desafío que supone el Dakar; una mujer más de las heroínas que corren. Eso sí, la más linda!.

Subcampeona del Campeonato de España de Rally Todo Terreno, tetracampeona también su país en la categoría femenina, y seleccionada para correr el Sealine Cross-Country Rally en Qatar por la FIA Women´sCrossCountry Selection. Cristina se ha ganado un lugar en el deporte motor en el viejo mundo.

Entre las acechanzas del Dakar, la sonrisa de Cristina…

Tiene 25 años y tomó un volante por primera vez a los 4 años! con el apoyo de su padre, «Haber salido subcampeona de España el año pasado, me dio alas para verme en la carrera de mis sueños: el Dakar. De pequeña soñaba con saltar dunas y manejar en los lugares más complicadas del mundo. Haberlo corrido es un sueño cumplido», contó.

Cristina aseguró «no me importan ni las horas, ni los minutos” y valoró el trabajo de su equipo DKR Raid Service y el de su navegante, Pedro López; ambos tripulan el Mitsubishi Montero. Como todos, el objetivo mayor «es llegar a Buenos Aires».

Luego de completada la primera parte del Dakar, contó que «la experiencia fue inmejorable, la verdad. He disfrutado cada minuto. Hubo momentos durillos para conseguir llegar al final de las etapas, pero Pedro [López] y yo, hemos sabido solventar todos los problemas. Y el equipo realizó un gran trabajo con las asistencias. El recorrido que nos ha propuesto la organización hasta ahora era complicado, pero ha sido precioso. No me puedo quejar de nada».

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Sostuvo que la dureza de la carrera, «me la esperaba, ni más ni menos. Lo que sí que me sorprendió es la gran acogida que tuvimos en cada lugar, sobretodo en Bolivia; impresionante la cantidad de gente que hubo y la repercusión».

Tratándose de una mujer, se supone que el Dakar es más exigente para ellas que para ellos, «físicamente me encontré perfecta y preparada para afrontar la última semana sin problemas. Una de las cosas que nos preocupaba era la altura, en especial a mí, porque nunca sabes cómo te va a afectar. Pero la llevamos ien y no necesitamos ninguna atención médica».

Envuelto en una nube de polvo avanza el Mitsubishi de la española

¿Y el auto, Cristina?,  ¿cómo está después de semejante paliza?, «pues bueno, lo revisaron de arriba a abajo; lo desarmaron entero y cambiaron todo lo que hacía falta por seguridad. Así que estoy convencida de que va a seguir funcionando perfecto aguantó muy bien, como un campeón, incluso cuando hicimos una etapa sin embrague, inimaginable por dónde puede pasar este coche que es el que tengo desde hace varios años, lo conozco muy bien por eso».

La navegación mucho más exigente que en ediciones anteriores, ha derivado en más de un obstáculo para los dakariano, «con Pedro mi navegante, con el que es la primera vez que corrimos juntos, hemos funcionado muy bien, su trabajo perfecto pese a la mucha navegación que ha llevado a que muchos se perdieran».

Después de lo dejado atrás (hasta Uyuni se había colocado 46ª en la etapa 7 y 50ª en la la general), entendió claramente que «en esta modalidad la confiabilidad lo es todo; desde el principio teníamos muy claro que las horas y los minutos no nos iban a incumbir. Ante todo, nos iba a importar cuidar el coche lo máximo que se pudiese, porque sabíamos que en el Dakar, la mecánica sufre mucho».

Experiencia, aprendizaje se llevará Cristina cuando regrese a España, «aprendí a superar muchos problemas, y a superarme a mí misma. Ante etapas tan largas, con tantas horas manejando, tuve que aprender a administrar bien tanto tu físico como la mente».

¿Y el tan mentado «espíritu Dakar»?, lo comprobó cuando ayudó a competidores como a Isidre Esteve en Oruro, y cuando también recibió ayuda, «por suerte compito en el rally raid, en la que la solidaridad está a la orden del día. Todos nos ayudamos, nos dejamos piezas, y en el Dakar aún más. Sin esta solidaridad, la carrera se iría al traste. Sé que si un día tengo que ayudar yo a alguien, al día siguiente me ayudarán a mí».

¿Y a mi por que mi miran?

«¡No me imaginaba esto! -exclamó la atrayente española-, lo que me estuvo pasando fue como soñar despierta; son retos que tenía planteados pero que consideraba casi imposibles. Trabajé mucho para conseguirlo y también tuve suerte, por la gente que me apoyó, las empresas; no puedo pedir más».

Ah!, ¿habrá roto algún corazón?

 

Por el equipo de VA
Fuente y fotos: Mediagé Comunicación

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