SE TOMÓ SU TIEMPO

Nunca fue Carlos Alberto Reutemann un hombre de acciones movidas por el impulso. Por eso entre su decisión de abandonar definitivamente la Fórmula 1, tomada tras su abandono en el Gran Premio de Brasil y su anuncio oficial pasó una semana exacta.

Reutemann junto al Williams en Jacarepaguá en uno de sus últimos momentos en la Fórmula 1.

 

Fue un 28 de marzo de hace 35 años. Un domingo, como tantos otros en los que había capturabo la atención de sus compatriotas persiguiendo el sueño del campeonato mundial, cuando Lole volvió a  ser gran noticia pero esta vez con el conmocionante anuncio de su retiro de la Fórmula 1. Por supuesto se convirtió en la noticia de un domingo deportivo que en el mundo motor ya había disfrutado al mediodía  del paso del Mundial de Motociclismo por el actual Gálvez con el carrerón que en la clase 500cc. se mandaron esas leyendas de las dos ruedas que son Kenny Roberts, Barry Sheene y Freddie Spencer.

Impactó más que sorprendió el anuncio de Lole de su adiós a la Fórmula 1 con casi 41 años y tras una década de correr en la Máxima . No fue el primero. Cinco meses atrás luego de perder por apenas un punto el titulo mundial ante el brasileño Nelson Piquet en Las Vegas había dicho basta. Sus allegados lo convencieron para que volviese a las pistas. Insistió mucho su apoderado  Domingo Cutuli y se sumó Frank Williams, al asegurarle ante el alejamiento de Alan Jones, el lugar de primer piloto en su equipo. Un privilegio que Lole nunca disfrutó ni siquiera cuando estuvo mejor  posicionado en el campeonato que el australiano, quien sí, tenía en su contrato  esa prioridad.

Lole fue invitado en 1984 a correr en el nuevo Nurburgring. Llegó 3º y compartió el podio con un joven Ayrton Senna.

“Voy a  probar, ver que pasa y cómo me siento…” declaró Lole, con más escepticismo que convicción  antes de emprender en el caluroso enero del 82 el viaje a Sudáfrica, primero para una semana de pruebas y luego para correr  en Kyalami el primer Gran Premio del año. No pareció el mismo de antes. Sin perder su capacidad conductiva, su profesionalismo y la contracción al trabajo conocidas  quienes seguimos ese “retorno” encontramos un Lole con una actitud más ausente e incluso también más relajada.

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No sé qué estoy haciendo acá, podría estar tranquilamente en el campo en Santa Fe…” le largó Lole a quien esto escribe y otro colegas, cuando junto con el  resto de los pilotos, liderados por Didier Pironi y Niki Lauda, se encaminaba a una amplia habitación de Kyalami donde todos los corredores se aislaron y pasaron  la noche como parte de la huelga suscitada por el conflicto de la superlicencia y que puso en peligro el inicio del campeonato. Suena inimaginable en los tiempos actuales.

Sobre este Peugeot 205,Lole terminó 3º el Rally de Argentina 1985, válido por el Mundial.Fue la 2ª y última carrera luego de su retiro de la F 1.

 

El problema de la  superlicencia se solucionó y el Gran Premio sudafricano se corrió normalente. Reutemann terminó segundo entre los Renault de Alain Prost y Rene Arnoux, que ya comenzaban a marcar diferencias con el motor turbo. Pareció que este buen resultado inicial podía relanzar sus expectativas pero fue un espejismo. Dos meses más tarde, al reanudarse el campeonato en el ya desaparecido Jacarepaguá carioca, Reutemann volvió a encontrarse frente a una realidad complicada. Confirmó que con  el motor Cosworth que equipaba  al Williams le costaba cada vez mas acercarse a los turbo de Renault y Ferrari. Encima su nuevo compañero, Keijo Rosberg  se mostraba desafiante y advertía que  ”no vine para ser segundo…. “  Las vueltas de un alocado campeonato terminarían por consagrarlo campeón…  Volviendo a ese Gran Premio de Brasil, el abandono en carrera tras un toque con el Renault de Arnoux, fruto de su impotencia para poder superarlo, sumó otro infortunio. Ya eran demasiados para colmar la corta cuota de paciencia con la que Lole encaró esta nueva oportunidad que se dio en la Fórmula 1 tras la decepción de perder el título

“¿No lo viste a  Carlos…? preguntó un por entonces vital Frank Williams, media hora después de terminada la carrera y buscando encontrar a su piloto para tener alguna explicación por el abandono. Ya no estaba Lole en el circuito. Estaba en el hotel donde ya tenía tomada la decisión que anunciaría una semana más tarde. Fiel a su estilo.

 

Por Miguel Sebastián

Fotos: retrovisiones.com

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