SI EL PALO DE BOURDAIS en la clasificación te había parecido extremo, tranqui, hubo otro peor.

Las esperadas 500 Millas de Indianápolis de la IndyCar no sólo dejaron el debut de Fernando Alonso en la legendaria carrera (tuvo que abandonar por la rotura… del motor) y el inesperado como histórico triunfo del japonés Takuma Sato, otro ex Fórmula 1. No, también tuvo un espectacular accidente al que, mirándolo una y diez veces, resulta increíble que no haya tenido consecuencias peores.

Los protagonistas fueron Joey Howard que, en la vuelta 53, entró mal en la curva, tocó su neumático delantero derecho contra el paredón y perdió el control del auto, cruzando la pista en diagonal. En ese momento, Scott Dixon se lo encontró de frente y no llegó a esquivarlo, por lo que su auto se montó sobre el de Howard y levantó un vuelo de 40 metros que culminó cuando se estrelló sobre el muro.

Mejor, miralo, y desde todos los ángulos:

httpv://youtu.be/fAsV19ryV50

 

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Como pudiste ver, Dixon se bajó de lo que quedaba de su auto por sus propios medios e ileso, un gran punto a favor en cuanto a la seguridad de estos monopostos que superan los 350 km/h, además de un circuito perfectamente preparado para soportar accidentes de esta magnitud.

«Es difícil evitar eso, te aguantas dentro del auto, pero lo más importante es que estamos bien. Me siento mal por mis patrocinadores, pero estamos bien y estoy contento por eso», dijo Dixon luego de ser revisado por los médicos. “Tengo que darle las gracias a  Dallara y a todas las personas de seguridad que laboran aquí”, vaya si tuvo razón…

 

Por Cristian Re.

Foto: Motorsport.

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