NAAAAAHHHHH!!!, habrás dicho si ya te enteraste que lo que fue una tempestad verborrágica entre Hugo Viola (en particular y Diego Aventin, se transformó en un reencauzamiento de la relación de amistad que dejó perplejo a todos.

Después de los dichos, críticas y cuestionamientos inéditos por la gravedad de sus conceptos, reafirmados el viernes en el Autódromo de La Pampa, dejó boquiabierto Hugo Viola a quien lo viera, el sábado con la gorrita blanca de Montanari, uno de los principales sponsor del Pumita, con auriculares calzados, empujar el Ford campeón (mirá la foto nomás)  y dialogar con el motorista Rody Agut y otros integrantes del equipo MVD con el que horas antes nomás lo separaba un océano.

¿Que ocurrió en las horas que transcurrieron entre el viernes a la tarde cuando Viola conversó con Visión y otros medios y el sábado a la mañana?. La trama reconstruída por VA, dice que Viola una vez que bramó de nuevo al hablar con enviados de tres diarios nacionales, parece que pensó cuan lejos había llegado con sus misiles verbales, «entonces pensé y dije, tengo que hablar con Diego».

Viola irrumpió en el box del Pumita cuando la tarde se había noche y le tiró a boca de jarro, «Diego, cortemosla!». El Pumita algo sorprendido, no dijo casi nada. Al rato, sonó el celular del empresario, del otro lado Diego lo invitaba a su confortable casa rodante. A todo esto negó una y otra vez Hugo que hubiera existido en el medio, una llamada de larga distancia, más precisamente de la zona oeste del gran Buenos Aires, ¿donde vive el Puma?.

A solas al parecer, Viola y Aventin hijo se cruzaron con serios reproches, por momentos el tono de voz se alzó hasta decibeles preocupantes. Sin embargo, tras ese pasaje tan álgido, las aguas turbulentas fueron encauzandose, lentamente, pero encauzándose.

El corolario lo vio todo el ambiente con perplejidad, el sábado Viola había dejado el box de Matías Jalaf, cuyo Ford atiendo otro gran amigo del empresario, Walter Alifraco, para agarrar sus petates y volver al reducto del Pumita. Crease o no, aunque sabés, tratándose del Turismo Carretera, la capacidad de asombro y la imprevisibilidad, jamás se colmarán…

Las declaraciones volcánicas de Viola que te las contamos, dieron paso a una salida pretendidamente elegante de tamaño (para el ambiente teceísta claro está) entuerto. La transformación, la pirueta en el aire y sin red de Viola, fue un hecho. «Después de hablar el viernes, llamé a Diego y nos juntamos; nos debíamos un charla; yo estoy en contra de Cuervo pero no de Diego, siempre lo banqué», sostuvo Viola. «¿Que me dijo «helado de panceta»?, buenooo, son cosas que se dicen, lo perdono», apuntó con pretensiones de cerrar el sonado capítulo.

«Ya está, ya pasó, hablamos con Hugo; el no trabaja en mi equipo pero si quiere estar en mi box puede hacerlo. ¿Cómo se dio luego de lo que ocurrió?, nos buscamos, hablamos y punto», sólo atinó a expresar Diego como le gusta hacerlo, relativazando aspectos que puedan resultar importantes. Se supone que como tantos encontronazos, pudieron firmar la paz con algún sabroso plato de cena, a propósito en ese caso, ¿que habrán degustado de postre, acaso helado…?.

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Por el equipo de VA (especial desde  La Pampa)

Foto: gentileza Darío Gallardo

 

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2 COMENTARIOS

  1. de postre seguramente habran degustado ,lo que le quedaba de credibilidad a esta categoría y de picadita le habrán entrado a los «salamines»,que la seguimos mirando por TV o en las tribunas…
    Un alikal por aquí..!!!!!!!!!!!

  2. Rta d la última pregunta: Huevos apretados a la tenaza, y d postre seguro algo verde con varios ceros… como para degustarlo a tal punto d «no poder hablar» para poder masticar.

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