EL AUSTRALIANO ROMPE EL MOLDE. Silverstone parece caerle a medida de la rebeldía de Mark Webber. El año pasado se despachó con irónico “no está mal para ser el piloto número dos…” tras ganar el Gran Premio de Inglaterra luego que Red Bull le hizo sentir esa condición al quitarle en clasificación el nuevo alerón delantero para colocarlo el auto de Sebastian Vettel. El pasado fin de semana, al mejor estilo de Reutemann 1981, no hizo caso a las indicaciones del equipo. A diferencia de las que Lole recibió en Williams, no eran para que se dejara pasar sino para que no pasara a su compañero Vettel, comodísimo líder de un campeonato donde su dominio ya aburre. ¿Por qué no ponerle un poquito de pimienta con el duelo de sus pilotos, como alguna vez permitieron en McLaren con Senna-Prost y en Williams, con Mansell-Piquet? Si desde un lugar objetivo no aceptamos esta licencia, por más que no esté en el manual de eficiencia de los equipos, no habrá que quejarse de carreras aburridas y pilotos conformistas.

La actitud rebelde de Webber se potencia porque la tomó en momentos que se juega la renovación de su contrato para el 2012. “Lo que hizo Mark no influirá en su futuro” anticipó Christian Horner, el director deportivo de Red Bull y el mismo que para justificar las órdenes argumentó que “los intereses del equipo están por encima de cualquier piloto y también del espectáculo”. No decía lo mismo el año pasado cuando el que iba adelante en el campeonato era Webber y hasta la última carrera se enorgulleció del juego abierto porque “ese es el espíritu de nuestro equipo«. ¿Dónde habrá quedado? Seguramente en el deseo cumplido de ver a Vettel campeón, algo que está claro quieren renovar, más allá de que con 80 puntos de ventaja el alemán pague dos pesos y no necesite de órdenes. ¿Para qué darlas, entonces?

Sin el talento ni carisma de su compañero, Webber tiene una personalidad que lo distingue entre sus pares que rara vez rompen el molde de las declaraciones de compromiso. Por el contrario Mark suele sacarse el casette. Además de la desobediencia en Silverstone sorprendió con su sentencia sobre las idas y vueltas de la FIA con el polémico difusor trasero. Un tema sobre el que muchos de sus colegas hicieron silencio. “Los aficionados no saben ni el 1% de lo que realmente pasa y a veces, nosotros, tampoco” disparó. Rebelde Webber, que le dicen.

 

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